El UCAM Murcia CF cae con honores ante el Mirandés

Murcia

El UCAM Murcia CF cayó derrotado en La Condomina por 2-3. Fue el Mirandés el verdugo universitario, en la competición de los premios para los modestos, la Copa del Rey. La segunda fase eliminó a los murcianos, pero la imagen del equipo de Miguel Rivera fue digna de recalcar.

Pez chico contra el grande, el UCAM plantando cara a los de Miranda de Ebro desde el minuto uno. Un balón al palo de Hugo Álvarez fue determinante para comenzar a apretar a los visitantes, que no encontraron acomodo en la medular. Tampoco en el orden del juego, donde los murcianos atenazaron a su rival hasta el minuto 35 de la primera parte, donde certificó su superioridad. Javi Moreno caracoleó en el área grande para sacarse un disparo de la nada que batió a Costa. Ahí apretó el equipo visitante, que anduvo desaparecido hasta entonces. Así se marcharon al descanso los clubes, con victoria por la mínima del UCAM y una clara superioridad sobre el Mirandés.

Sin bajar la cabeza, en la segunda mitad comenzó la escalada visitante y en el minuto 58 fue González el que puso las tablas en el luminoso. El bajón de intensidad y la intermitencia del UCAM empezó a notarse en estos minutos y en cuestión de cuatro remontó el equipo visitante. Íñigo Vicente sembró el caos en la zaga murciana con el segundo tanto para los de Miranda. Ahí Rivera reaccionó y arengó a los suyos con cambios clave.

Entraron primero Higón y Camacho al campo por Chavero y el goleador Moreno, dando así más profundidad a las bandas y empujando a Aketxe a caer más arriba. Después se fue Manu Justo por Barbosa para rematar el momento de igualar el marcador.

Nadie lo esperó, pero Viti, que literalmente hizo el partido de su vida en Copa anotó las tablas de balón parado. Un zurdazo donde la bota del leonés acarició la bola para batir de nuevo a Costa, que nada pudo hacer. Esto fue en el 35 de la segunda parte con todo abierto para una prórroga disputada y muy luchada. No hubo más jugadas destacadas en lo quedó de encuentro.

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En la prórroga hubo muchos parones, poco juego por parte de los visitantes y unas ganas tremendas del UCAM por llevarse el encuentro. Rafa de Vicente lo intentó, también Hugo Álvarez de cabeza, pero no hubo fortuna. Aguantó así el Mirandés con el empate hasta el zarpazo definitivo a falta de cinco minutos del final del tiempo extra. Álvaro Rey dinamitó al UCAM con su 2-3 e hizo las delicias de los pocos seguidores visitantes, un balón dividido que aprovechó y no dudo en alojar en la malla de Iricibar.

La lectura fue que, a pesar de la eliminación, el UCAM fue intenso y mejoró su imagen, algo que ahora debe trasladar a la competición doméstica para escalar puestos y alejarse del peligo.