Rafa Nadal, el baloncesto con Llull y Rudy, protagonistas del deporte español en 2019
El tenista balear y sus dos victorias en Roland Garros y el Abierto de los Estados Unidos, dos imponentes triunfos que lo han colocado con 19 Grand Slams y a tan solo uno del histórico récord de su rival, Roger Federer.
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Rafa Nadal, durante su entrevista con Manu Carreño / Cadena SER
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Madrid
Se agota 2019 y se escapa de las manos otro gran año para el deporte español, repleto de momentos irrepetibles y con un protagonista por encima del resto: Rafa Nadal y sus dos victorias en Roland Garros y el Abierto de los Estados Unidos, dos imponentes triunfos que lo han colocado con 19 Grand Slams y a tan solo uno del histórico récord de su rival, Roger Federer.
Después de pasar por un momento mental durísimo que a punto estuvo de dejarlo sin competir en los mejores torneos del mundo de tierra batida, la leyenda de Manacor supo rehacerse de eso y volver a encontrar el camino correcto hasta el éxito y las victorias, dos palabras que las tiene en propiedad desde hace ya tres lustros.
A partir del Mutua Madrid Masteres cambió el chip y sacó a relucir su mejor versión. Desde ese instante, mes de mayo, hasta el final de la temporada, Nadal solamente ha perdido dos partidos, uno en las semifinales de Wimbledon ante Roger Federer y el inaugural de la Copa de Maestros frente a Alexander Zverev.
Por el camino levantó su duodécima Copa de los Mosqueteros en la Phillippe Chatrier de Roland Garros, después de otro torneo inmaculado y tras volver a aplastar a Dominic Thiem en la final. Rumbo a Nueva York, hizo parada en Canadá, donde volvió a levantar la Copa antes de plantarse en las instalaciones de Flushing Meadows.
Allí, en la Gran Manzana y ante los ojos del mundo entero, dibujó una de esas victorias que trascienden en lo deportivo y que el planeta entero recordará por muchos años que pasen. En una final histórica y memorable, el número uno del mundo derrotó al joven Daniil Medvedev después de casi cinco horas de batalla. Era su décimo novena victoria en un 'major', pero las lagrimas tras el final demostraban todo lo que había sufrido en esa cálida noche neoyorquina.
Nueva e histórica Copa Davis
Habitualmente, la grandeza de Rafa año tras año termina ahí, en la ciudad de los rascacielos, pero este año, más sano que nunca en los meses finales, todavía guardó una bala en la recámara, la de la Copa Davis. Con un formato nuevo y en España, el de Manacor logró ocho victorias en cinco días para liderar a una selección española que se cobijó, más que nunca, en la espalda de su líder deportivo y espiritual.Para la consecución de esta sexta Ensaldera en la historia también hizo falta ver llorar a un Roberto Bautista a quien el destinó le preparó su capa de héroe particular. Abandonó el equipo a mitad de la semana por el fallecimiento de su padre, pero tuvo el arrojo y la valentía de regresar y dar a España el primer punto de la final. El deporte no siempre es solo deporte.
El baloncesto, medalla segura
Más allá de Nadal, el baloncesto tomó un papel fundamental. El hito del combinado masculino que dirige Sergio Scariolo era casi imposible de imaginar al principio del Mundial de China, con las ausencias de Pau Gasol, Sergio Rodríguez, Serge Ibaka o Nikola Mirotic. Sin embargo, como tantas otras veces han hecho estos chicos, el equipo fue creciendo con el paso de los días y de la competición. Se sacrificaron y sufrieron en la primera fase, solventaron un papelón contra Italia y empezó a desbordar el talento ante una Serbia presentada como el gran ogro y máxima favorita de la competición y donde destacó el capitán, el mallorquín Rudy Fernández y el menorquín Sergi Llull.
Derribada esa puerta y con Estados Unidos noqueado por el peaje que supone no llevar a sus estrellas, el duelo decisivo fue ante una Australia a la que hubo que ganar en la prórroga en un encuentro memorable y con Marc Gasol como gran estrella. El de Sant Boi es uno de los grandes protagonistas del año con su Anillo de la NBA con Toronto Raptors y su título de campeón del mundo.
Nada tuvo que ver la final ante una Argentina que nunca estuvo cerca de plantar cara a España. Ese día confirmó lo vistoria hasta el momento, que Ricky Rubio era el jugador del torneo y la selección nacional el equipo más sólido. Se ganó con tal autoridad que no hubo que pasar apenas nervios.
Y si eso fue en septiembre, en pleno verano llegó el éxito del equipo femenino en el Europeo. Las chicas partían entre las favoritas y no fallaron. Ganaron de principio a fin, dominando el torneo y superando a cada uno de los rivales que tuvieron en frente. Acostumbradas a pisar podio tras podio, 2019 no fue una excepción y seguro que Lucas Mondelo, Astou Ndour y compañía ya miran con ojitos recelosos Tokio 2020.