Sociedad | Actualidad

Consecuencias de un fuerte temporal

El paso de la borrasca 'Elsa' y la posterior llegada de 'Fabien' han dado que hablar en muchas localidades que aún no se han recuperado del todo

En Aranda el Duero se ha desbordado, aunque poco a poco las aguas vuelven a su cauce

Cable caído en Vadocondes / Imagen facilitada

Cable caído en Vadocondes

Aranda de Duero

Son varios los días desde que las borrascas ‘Elsa’ y ‘Fabien’ dejaran un reguero de sucesos en la Ribera del Duero. Pero su paso ha quedado marcado en muchas localidades que tratan de volver a la normalidad lo antes posible. Algunos sucesos tienen arreglo, como el frontón de Moradillo que será reformado este próximo año, pero otros no, como son los árboles caídos tan especiales como el Pino Macareno de Peñafiel que, siendo milenario, ha acabado su larga historia de la peor manera.

Y mientras, hay otras localidades como Vadocondes donde esperan la respuesta de las pertinentes empresas para solventar problemas como la caída de cables que han interrumpido su servicio de telefonía e internet. El temporal ha hecho que algunos de ellos hayan rebajado su altura hasta la estatura media de una persona, con todo el peligro que conlleva. También muchos otras localidades intentan restablecer la normalidad tras los muros, señales u otros elementos afectados tras un duro temporal que supuso la intervención de hasta en más de 40 ocasiones por parte del cuerpo de bomberos.

El Duero, desbordado

El temporal también trajo mucha agua. Y eso se ha notado en algunos lugares como en Valladolid, donde se ha visto cómo el Pisuerga ha anegado las riberas del río. En Aranda el Duero también se ha dejado notar, aunque en menor medida. Baja una gran cantidad de agua, a una velocidad inusual, y el agua ha salido por la ribera del Barriles. Desde el puente principal de la capital ribereña puede contemplarse cómo los caminos se han convertido en 'autopistas' para que transiten los patos, como puede verse en el vídeo que adjuntamos. Aunque eso sí, en las últimas horas la cantidad de agua desbordada se ha reducido, por lo que se espera que pronto -y nunca mejor dicho- las aguas vuelvan a su cauce.

 
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