La nochebuena madrileña
La celebración de la Nochebuena en Madrid no siempre ha sido como hoy la conocemos, ni siquiera como la conocieron los que la vivieron allá por principios y mediados del siglo pasado. A lo largo de la Historia algunas costumbres han desaparecido, otras se han modificado e incluso han nacido algunas nuevas que están hoy entre nosotros

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Madrid
Tras la cena de Nochebuena, tradicionalmente una de las más copiosas del año en la medida de lo que cada uno podía, el pueblo asistía a la Misa del Gallo, con el fin de celebrar espiritualmente lo que poco antes había festejado en la mesa, esto es, el Nacimiento de Jesús. Algunas crónicas medievales y testimonios de los siguientes siglos, nos han trasladado el jolgorio y la alegría que presidía esta celebración a la que, desde el rey al último plebeyo, no faltaba ningún cristiano en España. Recordemos que fue precisamente aprovechando esta circunstancia, en la noche del 24 de diciembre del año 1568, cuando los moriscos de Granada se sublevaron intentando apoderarse del Albaicín.
Risas y juerga
Tras la celebración de los oficios religiosos, la fiesta entre las clases populares, se trasladaba a las calles. M.J. Quin, viajero extranjero que visitó Madrid durante la Navidad de 1822, relata como grupos formados por hombres y mujeres de todas las edades, recorrían ruidosa y alborozadamente las calles, al son de coplas de Nochebuena, guitarras y panderetas. En ocasiones, la letra de los cantos subía de tono desembocando en lo ofensivo y lo soez. De igual modo hubo años en los que el bullicio de la fiesta alcanzó tal volumen que las autoridades municipales hubieron de adoptar medidas al respecto. En 1835, el ayuntamiento intentó regular por bando lo que denominó bacanales indígenas, prohibiendo a las rondas navideñas el uso de disfraces y máscaras, de palabras malsonantes, de insultos y vejaciones. Sin embargo permitía la utilización de panderetas, panderos, zambombas, rabeles y otros instrumentos musicales. Fue a partir de mediados del siglo XX cuando la actividad de las rondas decayó a favor de otras actividades.