Ginecología vuelve a respirar
La incorporación de dos profesionales, solo uno de ellos procedente de la plantilla del HUBU, ha permitido completar el equipo de esta especialidad en el hospital Santos Reyes, pese a que operativamente aún está afectada por una baja y una reducción de jornada
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Cadena SER
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Aranda de Duero
Dos meses después de que peligrara la continuidad de su paritorio por la falta de médicos, el hospital de los Santos Reyes vuelve a tener completa la plantilla del servicio de Ginecología y cuenta incluso con el refuerzo de un facultativo más. La incorporación este lunes 4 de noviembre de dos ginecólogos (solo uno de ellos procedente de la plantilla del HUBU, el doctor Modesto Rey, que se trasladará volunariamente para ocupar la jefatura del servicio) completan las seis plazas de la plantilla orgánica de este servicio en el hospital comarcal, sumándose a las cuatro profesionales que ya tenían la plaza en propiedad. Además sigue pasando consultas el doctor Aragón, el primero en aceptar trasladarse desde Burgos para colaborar con Aranda, pero sin llevar a cabo guardias. Y aunque la situación es manifiestamente mejor que la del final del verano, no hay lugar para la euforia, porque la plantilla solo está completada sobre el papel. Funcionalmente, de las cuatro profesionales con las que ya contaba el Hospital una está de baja por una reciente intervención y otra más acaba de solicitar una reducción del 80% de la jornada, aunque sí llevará a cabo las tan necesarias guardias para mantener el paritorio. Por otra parte el dr Rey también dedicará una jornada a mantener en el HUBU la consulta especializada en dolor pélvico.
Aunque no solo está garantizado el servicio, sino que espera que haya una rápida recuperación de la demora que ha provocado la falta de especialistas, la gerencia del hospital ribereño tiene la intención de solicitar la incorporación de una séptima plaza en Ginecología en la próxima revisión de su plantilla orgánica para afrontar situaciones tan complejas como la que se ha vivido desde el verano y de forma más aguda desde septiembre. Una situación nada infrecuente en hospitales comarcales, con servicios compuestos de microplantillas, en las que la mínima ausencia o retirada de alguno de sus miembros provoca unos desajustes que impactan de manera severa a la asistencia a los pacientes.