¿Denunciar es socialmente responsable?

Oviedo

En el espacio que cada semana dedicamos a la responsabilidad social, este miércoles ponemos sobre la mesa un asunto con muchas derivadas que a la vez supone una manera más de ejercer nuestra ciudadanía y nuestra responsabilidad social individual. Denunciar un hecho delictivo, una conducta inapropiada, una falta de ética puede ser lo correcto, lo moralmente adecuado pero también puede traer consecuencias, así que deshacer este dilema se puede transformar en un auténtico dolor de cabeza, sobre todo si no existen apoyos legales que protejan la figura del denunciante. De todo esto hablamos, como cada semana, con el profesor Antonio Blanco y con la compañía también de Helena Ancos, experta en responsabilidad social y directora de la revista Ágora.

Animarse a denunciar en cualquier ámbito, sobre todo en el laboral es un asunto sumamente delicado y, desgraciadamente mal visto en nuestro entorno social donde, con mucha frecuencia se asimila la figura del denunciante con el rol de chivato. A estas alturas la sociedad aún mantiene una connotación negativa sobre el denunciante “algo que es necesario cambiar para concienciar sobre la importante labor social de los denunciantes y la mejor forma es proteger su función social”, asegura el profesor Blanco.

Desde hace un par de años está en proceso de elaboración la Ley del Denunciante que supondrá la transposición de una directiva europea que pretende garantizar el anonimato y la seguridad del denunciante durante todo el proceso. Al final de este largo proceso se pretende incentivar la denuncia evitar esa segunda parte del dilema entre lo correcto y sus consecuencias, al mismo tiempo que despejar el camino para que el ejercicio de la denuncia no suponga un riesgo para quien la efectúa. Aun así quedan por resolver cuestiones importantes como detectar las denuncias falsas. Largo camino.