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Plagas

Aves rapaces, las mejores controladoras de los topillos

La Junta de Castilla y León ha colocado casetas con cernícalos y lechuzas en la zona de Tierra de Campos como medida para combatir la plaga de roedores

Caja de aves rapaces sobre una tierra de Autillo de Campos / Roberto Lagartos

Caja de aves rapaces sobre una tierra de Autillo de Campos

Palencia

Desde colectivos ecologistas y naturalistas aseguran que las medidas propuestas para la lucha contra el topillo resultan inútiles. Es el caso de la limpieza de linderas y cunetas, pues los topillos viven mayoritariamente en campos de regadío y de alfalfa. Sin embargo, valoran positivamente las iniciativas que favorezcan la presencia de rapaces.

Fernando Jubete, naturalista palentino, asegura que "las plagas son cíclicas, y que la Junta conoce estos datos y no debería pillarles por sorpresa". De la misma manera, los naturalistas han comprobado el aumento de rapaces, por medio de un seguimiento que vienen haciendo cada mes desde hace 15 años, motivado por la explosión demográfica de los topillos. Es decir, que las rapaces se desplazan dos meses antes de que comience la plaga, por lo que además de combatirla, son las mejores detectoras de la misma. Los números varían: de 30 a 50 en épocas en que no hay topillos, a una escala tremenda de 400 y 700 por el aumento de los roedores.

Por ello, se han instalado cajas para este tipo de aves con un total de 2.500 nidos en la región, dado que el reparto se realiza a partir de una media de 100 cajas por cada 1.000 hectáreas. Un control biológico para los roedores en los que destacan cernícalos y lechuzas, dado que ambas especies cazan, durante los tres meses de la época de cría, en torno a 700 y 900 topillos para cebar sus pollos.

 
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