Cáritas atendió en 2018 a más de 9.000 personas en Jerez, un 3% menos

Jerez de la Frontera

Más de 20.000 personas fueron atendidas el pasado año por Cáritas en la diócesis de Asidonia-Jerez, 9.000 de ellas del término municipal jerezano, es un 3% menos de personas que el año pasado. El desempleo y la falta de acceso a la vivienda siguen siendo las principales demandas de una población en la que la pobreza se está cronificando para muchos.

La memoria de Cáritas que se ha presentado este jueves constata que esa pobreza tiene nombre femenino, más del 64% de las personas atendidas fueron mujeres. Por otro lado, el 90% de los usuarios son españoles y casi el 70% de estos usuarios tiene entre 30 y 64 años.

Casi el 70% de las personas que acuden a Cáritas lo hacen para reclamar necesidades básicas como alimentos, y más del 20% pide ayuda para pagar la hipoteca y los recibos de la luz o el agua. En este sentido, el director de Cáritas en Jerez, Paco Domouso, lamenta que el bono social no funciona, ya que muchas de estas personas cumplen los requisitos y no se benefician de esta medida.

Desde Cáritas insisten en que la infravivienda en Jerez sigue siendo uno de los principales problemas, así como las dificultades que existen para acceder a un inmueble.

En 2018 desde esta asociación se prestó orientación laboral a más de 500 personas y el 12% de ellos, unas 50 personas, han logrado acceder a un puesto de trabajo.

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En cuanto a las cuentas, Cáritas ingresó en 2018 más de 2.700.000 euros, un 2% menos que el año anterior, partida que gastó íntegramente en la puesta en marcha de todos los programas y todas las atenciones, aunque desde esta asociación reconocen que no cuentan con medios para atender todas las peticiones que reciben.

Más cifras, Cáritas atendió en 2018 a 61 personas sin hogar y el número de voluntarios, más de 850, ha crecido en 2018.

Durante la rueda de prensa, el obispo de Asidonia Jerez. José Mazuelos, ha denunciado la situación que viven en la comarca, sobre todo en la sierra, los inmigrantes que cumplen la mayoría de edad y tienen que abandonar los centros para menores, los conocidos como MENAS.