Mario Simón, el alcalde que tendrá que hacerse querer

Palencia

Lo primero que cabe hacer es desear toda la suerte del mundo a Mario Simón, el nuevo alcalde de Palencia. Entre otras razones, porque su suerte será la de una ciudad con un pulso demasiado débil. A partir de su elección, Simón tiene un reto nada fácil: revertir el rechazo que provoca la forma en la que ha sido elegido por el cariño de la ciudadanía. Es un reto complicado y hay que darle la oportunidad. Su discurso de investidura evidenció un político nervioso y bisoño, carencias que se salvan con el tiempo. "Pero, ¿quién es ese que ha salido alcalde?", se pregunta la gente en la calle. Simón tiene que dar respuesta a esa pregunta cuanto antes con hechos. Y si sabe hacerlo, podrá cambiar el viento en contra de alguien que nunca pensó ser regidor municipal. Es más, antes de aceptar ni siquiera quería serlo, consciente de que su equipo era de tan sólo tres concejales. Los otros dos ediles de Cs pensaban que tampoco tenían que gobernar. Pero el rodillo es el rodillo y la política municipal se ha adulterado. Deciden más las cúpulas de los partidos que los ciudadanos.

Los abucheos a la salida del pleno ponían de manifiesto que se había hecho realidad el lema de "Todo por el pueblo, pero sin el pueblo", la máxima del Despotismo Ilustrado. Mario Simón tiene un problema, que ha sido elegido alcalde por el cambio de cromos entre Rivera, Casado, Fernández Mañueco y el personaje más decepcionante que ha deparado la política autonómica en los últimos tiempos, el que en otro tiempo fuera adalid de la regeneración, el ahora sumiso Francisco Igea.

Los hechos ya se han consumado. Simón es alcalde y se merece toda la confianza. Hay que darle el margen de tiempo suficiente para que demuestre que puede ser esa persona cercana y con iniciativa que toda ciudad merece. Si no lo demuestra, será cuando haya tiempo para abuchear su gestión. Aunque también es cierto que, dada la composición del actual equipo de Gobierno, es difícil arrendarle la ganancia. Puede que tenga más lobos entre sus socios de Gobierno que en la oposición. Veremos si acaba el mandato y si no es un mero hombre de paja. En sus manos está.