Si no lo haces por mí, hazlo por ti
La reflexión de Ana Díez, médico de familia y experta en nutrición
OPINIÓN | Si no lo haces por mí, hazlo por ti
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Empiezo esta reflexión con una frase muy manida: la Tierra produce alimentos para todos. La hemos oído muchas veces, ¿verdad? Pues no por repetida conseguimos que se haga realidad. Es más, los últimos datos presentados por la FAO (organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) indican que 821 millones de personas pasan hambre en el mundo, mientras que 1/3 de los alimentos producidos se pierden. Podría seguir anotando muchos más datos, pero realmente, no creo que tocaran nuestra conciencia lo suficiente como para actuar.
Si indagamos sobre las causas de este alto número de personas que pasan hambre, nos quedaríamos boquiabiertos al comprobar que una de las más importantes es la pérdida y el desperdicio de alimentos. El término pérdida de alimentos hace referencia a la pérdida de cualquier alimento producida en la cadena entre el productor y el mercado. Incluye las pérdidas por plagas, problemas de recolección, empaquetado y transporte, entre otros. Por otro lado, el desperdicio de alimentos incluye el descarte o uso no alimentario de productos seguros y nutritivos para el consumo humano. Ejemplo de este desperdicio es el desecho de productos frescos eliminados de la cadena de suministro por cuestiones de forma, tamaño o color. También incluye alimentos descartados por la proximidad de su fecha de consumo preferente, así como grandes cantidades de alimentos sanos que son descartados en las cocinas domésticas y en establecimientos de comidas.
Habría que producir menos alimentos y desperdiciar menos para gestionar mejor los recursos hídricos y, así, producir un efecto positivo en el cambio climático.
Igual que luchamos a favor de la diversidad entre los humanos, que valoramos las diferentes razas, culturas y creencias, deberíamos respetar también la diversidad entre los productos de la naturaleza. ¿O acaso sabe mejor una zanahoria derecha que otra torcida?, ¿tiene más nutrientes una manzana más grande y uniforme que otra más pequeña e irregular?
Al desechar estas frutas irregulares en forma y/o color, también estamos desperdiciando las manos que las cultivaron y recolectaron, las manos que las transportaron hasta los mercados y las que las vendieron.
Por otro lado, la FAO calcula que el desperdicio de comida es responsable del 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, el 30% de las tierras se destina a cultivar alimentos que nunca se consumirán y un 21% de agua dulce se derrocha para su producción.
Las pérdidas provocadas por el desperdicio de comida ascienden a un billón de dólares al año en todo el mundo, incluyendo producción, manufactura, recolección, envasado, transporte y distribución de alimentos que nunca serán consumidos. Si se redujera en tan solo 20%, supondría un ahorro de 100.000 millones de dólares.
A mí, estas desorbitadas cantidades de dinero me marean y el mareo aumenta si pienso en la gran cantidad de personas que se acuestan a diario sin haber ingerido ni un trocito de pan.
Ya no podemos seguir así. Todos tenemos que actuar, tenemos que ser consecuentes con nuestras ideas. Tenemos que ponernos manos a la obra. Todos podemos ayudar, cada uno en nuestra medida. Ya está bien de pensar y decir una cosa y actuar de otra diferente. Ya está bien de culpar siempre a los demás de estas situaciones.
Yo soy culpable, tú eres culpable, todos somos culpables. Actuemos por las personas, los animales, las plantas, por el entorno. Por el presente y por el futuro. Pero YA.
