La caída
Itziar Ruiz Ortega
Bilbao
Volcó la barca y se precipitó a la mar. Fue engullido por un remolino de aguas bravas. Luchó para no atragantarse con tanto color. Sacó una mano primero para emerger después la cabeza. Escupió un chorro de arco iris y subió a la barca. Exhausto se desplomó sobre los remos. Se dejó mecer por esa mar, ahora en calma. Y ahí, si te asomas por la popa lo puedes ver, mientras huye de la tempestad que volverá a golpearle. Pero ahora descansa. Silencio. No lo despiertes. Hoy ha vencido.