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Una locura de más de dos décadas

El Rincón del Pasado de Fuentenebro cumple su vigésimo segundo aniversario este Día del Trabajo

Begoña con el emblemático SEAT 600 de 'Alforjillas' / Imagen facilitada

Begoña con el emblemático SEAT 600 de 'Alforjillas'

Fuentenebro

El restaurante El Rincón del Pasado cumple este primero de mayo 22 años. Fue un día como hoy de 1 de 1997 cuando abría sus puertas en Fuentenebro este establecimiento. En poco tiempo se fue corriendo la voz de que en él, a mayores de la buena cocina tradicional, a los postres los comensales podían disfrutar también de un completo y divertido espectáculo humorístico-musical, donde Ángel Herranz imitaba a un buen número de cantantes de toda la vida, como Raphael. Julio Iglesias o el Fary, en un repertorio que iba renovando con la incorporación de las estrellas de moda, como David Bisbal. La fama fue tal, que en poco tiempo llegó a tener una lista de espera de más de un año. El fallecimiento repentino y prematuro del carismático ‘Alforjillas’ fue un mazazo para este arriesgado proyecto por el que apostaron él y su pareja, Begoña López Narro, huyendo de los cánones habituales. Ubicado en un pequeño pueblo, alejado de las principales vías de comunicación o rutas turísticas, buscaba atender a los clientes exclusivamente en fines de semana y con reserva, que tampoco tenía carta para elegir. Eran los promotores los que, basándose en sus gustos y la experiencia culinaria de Begoña, ofrecían a los comensales lo que iban a degustar ese día.

Desde 2013 es ella la que lo regenta en solitario. Con mucho esfuerzo y diversificación esta emprendedora ha logrado que supere las dos décadas un negocio por el que nadie daba dos duros. “Fue una pequeña locura de los dos, nos ignoraron en todos los sitios, hasta nuestra familia, porque no veían viable el negocio”, narra. Y eso que ambos procedían de la hostelería, ya que el padre de Ángel regentaba un bar en Milagros y los de Begoña el Teleclub de Fuentenebro y el bar.

La experiencia nueva de Ángel y Begoña dio pasos lentamente, probando y aprendiendo de los errores. Ninguno se atrevió a dejar su empleo, ella en un estudio de arquitectura y él como músico en una orquesta y trabajador en una bodega. Algunos de los manjares que ofrecían al principio (crestas de gallo guisadas, zarajos…) estaban espectacularmente guisados por Begoña pero no eran del agrado de todo el mundo.

Sin embargo, tenían gran aceptación el rabo de toro, el pollo del corral, el bacalao o el cordero al chilindrón, entre otros y sus postres caseros. Cocina tradicional. Además Ángel, de forma espontánea, empezó a amenizar las sobremesas, a veces simplemente con un micrófono, una peluca y su ingeniosa verborrea…

TRES AGENDAS Y LISTA DE ESPERA

Precisamente esos pequeños shows se convirtieron el principal atractivo del Rincón del pasado, su diferenciación con otros locales y el motivo de su gran popularidad. Hasta el punto de que 6 años después de su apertura los promotores decidieron dejar sus empleos y dedicarse en exclusiva al restaurante.

El 90% de nuestros clientes eran de Burgos y pueblos de alrededor; venían en autobuses, ya predispuestos a la fiesta y cuando terminaba ya estaban reservando para volver con amigos, familia…”, explica Begoña, que llegó a trabajar con 3 agendas, la del año en curso, la del siguiente, y la dela lista de espera, una agenda paralela que utilizaba cuando se producían cancelaciones por causa mayor.“Hubo gente que vino 10 años seguidos a la cena de Navidad”, afirma.

Además de los excelentes guisos, era el espectáculo de Ángel lo que atraía a la mayoría de los usuarios del Rincón del Pasado. Porque El Alforjillas era único haciendo disfrutar al personal. Y conseguía hacer participar a todo el mundo, incluso a los más tímidos o reacios.

Nunca tuvo un sustituto. “No tenía sentido; hay personas insustituibles”, asevera Begoña. Así que optaron por cerrar el mes de agosto para dedicarlo a resolver cualquier tema personal que se les presentara, incluidos los de salud.

El repentino fallecimiento de Ángel, el “alma mater” del Rincón del Pasado, con tan sólo 46 años de edad, obligó a Begoña a replantearse el proyecto: “te tienes que sentar y pensar: ¿qué puedo hacer yo sola?”.

REINVENTANDO EL FUTURO DESDE LA ESPAÑA VACIADA

Y decidió continuar con el proyecto, personalizándolo y diversificándolo. Asumiendo el reto de estar ubicado en una pequeña localidad del sur de la provincia de Burgos, alejado de cualquier ruta conocida o con acceso directo e inmediato a vías de comunicación.

Renunció de nuevo a buscar un sustituto de Ángel para el espectáculo. Y completó su formación acudiendo a cursos de enología y sumillería y cocina de vanguardia.

Quiso conservar el modelo de restaurante de reserva y sigue recibiendo grupos para celebraciones: cumpleaños, aniversarios, despedidas de solteros… Aunque no haya show, ofrece música y permite que las sobremesas se alarguen lo que quieran los comensales, que pueden optar por unos cafés y copas tranquilos o con baile.

Su fuerte es la gran mano que tiene para la cocina. Continúa ofreciendo platos tradicionales pero los combina con elaboraciones más actualizadas. También imparte catas de vino, prepara comida para llevar (para cualquier tipo de celebración familiar, desde cumpleaños a post bodas) u organiza garbanzadas y paelladas combinadas con una ruta de senderismo.

Además dispone de pantalla, por lo que el tranquilo y apartado restaurante es muchas veces demandado para reuniones o celebraciones de empresa.

EL MUSEO DEL VINO

Museo del Vino de Fuentenebro

Museo del Vino de Fuentenebro / imagen facilitada

Museo del Vino de Fuentenebro

Museo del Vino de Fuentenebro / imagen facilitada

Otro gran atractivo de su proyecto desde 2013 es el Museo del Vino. Junto al restaurante tiene una bodega subterránea tradicional que rehabilitó y fue decorando con utensilios relacionados con el vino. Una cuidada y valiosa colección de objetos (botellas, canillas, descorchadores, pellejas, tapones, recipientes, etc, etc) que introduce al visitante en el mundo vitivinícola.

La visita al museo es un gran aliciente para los que acuden a disfrutar de la cocina de Begoña, por la singularidad del lugar.

Reserva para grupos de 8 personas en adelante. “Tengo 6 o 7 menús distintos que no son cerrados, es decir, pueden intercambiar los platos de unos u otros; yo facilito la elección de los platos, pero el que elige es el cliente, aunque no es una carta abierta”, explica.

La ventaja de este sistema es la garantía de la calidad del producto. Al ir con reserva y ofertar unos platos determinados, la carne, el pescado y las verduras son muy frescos, seleccionados, y están elaborados en su punto. “Garantizas un producto fresco y una elaboración cuidada”, afirma Begoña.

Pasa el tiempo y esta emprendedora rural sigue rehuyendo celebrar aniversarios… Aún está muy presente la irreparable ausencia de Ángel. Pero está decidida a continuar. “He conseguido cumplir 22 años y pienso seguir”, zanja.

 
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