"Trabajar con César Manrique me cambió la concepción de la vida"

Santa Cruz de Tenerife

El Lago de Martiánez se ha convertido en una referencia en el Puerto de la Cruz después de cuarenta y dos años de su construcción. Fue el ayuntamiento de la ciudad turística del norte de Tenerife quien apostó por César Manrique para el diseño de este complejo de más de cien mil metros cuadrados y que costó trescientos millones de pesetas.

Uno de los primeros alcaldes que vio transformada en una realidad la obra de Manrique que alberga 27.000 metros cúbicos de agua en sus lagos artificiales, fue el socialista Salvador García Llanos quien ha reconocido que “no puedo concebir el Puerto de la Cruz sin el Lago de Martiánez que es una obra emblemática”

“Tengo gratísimos recuerdos de César Manrique en la ciudad porque mantuvimos muchas reuniones con él y con los ingenieros”, recuerda García Llanos en una conversación con la Cadena SER en Canarias.

La obra portuense de Manrique supuso un cambio en la manera de entender esa costa tinerfeña mezclando piscinas, jardines, terrazas y también restaurantes donde todo se entremezcla con la piedra como protagonista fundamental y el color blanco protagonista de la concepción arquitectónica del artista lanzaroteño. Quien visita las instalaciones, pueden disfrutar de siete esculturas: Los Alisios, La Jibia, Barlovento, Homenaje al mar, Raíces, Homenaje a William Reich y Demios.

Alfredo Amigó y José Luis Olsina fueron los ingenieros que acompañaron al artista durante la ejecución del proyecto. Para Olsina “el Lago fue quizás la obra más importante de César; una obra maravillosa y que es casi como un museo vivo que se contempla mientras uno se está bañando”.

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Cuarenta y dos años después, el Lago Martiánez sigue siendo un símbolo del Puerto de la Cruz inigualable.