La elección de Natalio Grueso como director del Niemeyer fue una decisión personal de Areces
La ex consejera Migoya relata como testigo el proceso de designación del principal acusado en el juicio que acoge la Audiencia y niega que diera el visto bueno a los gastos investigados
Oviedo
Este lunes se ha reiniciado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, en Oviedo, el juicio del 'caso Niemeyer', en el que se juzgan por supuestas irregularidades en el Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer de Avilés, entre otros al director general del centro, Natalio Grueso, para quien la justicia pide 11 años de prisión por delitos de malversación, falsedad, delito societario e insolvencia punible.
Entre los testigos en esta sesión ha destacado la declaración de Ana Rosa Migoya, la ex consejera de Cultura, que lo fue en el momento de la constitución de la Fundación Niemeyer, encargada de gestional el centro cultural; de hecho como tal fue la presidenta del patronato de la Fundación (Principado, Ayuntamiento y Puerto de Avilés y entidades privadas) en sus inicios, si bien a los pocos meses pasó a ser consejera de Administraciones Públicas. En su declaración preguntada varias veces afirmó que "fue el presidente asturiano, en aquél momento Vicente Álvarez Areces, quien transmitió al consejo de Gobierno que la propuesta del Principado para dirigir el Centro Niemeyer sería Natalio Grueso, que había aceptado dejar su puesto en la Fundación Príncipe de Asturias (ahora Fundación Princesa de Asturias) en la que trabajaba".
Después, explicó Migoya, ella misma, como Consejera de Cultura trasladó la propuesta al patronato que la acogió "con opiniones favorables e incluso elogiosas hacia la trayectoria de Natalio Grueso, y aprobó su contratación por unanimidad", añadió. Además la ex consejera afirmó que ella nunca dio orden para que se contratara a nadie.
Y sobre el sueldo de Natalio Grueso, 93.500 euros anuales, con un contrato de alta dirección señaló que se ajustó con el criterio de que fuera el mismo que tenía en la Fundación Príncipe de Asturias para que no hubiera menoscabo con respecto a su actividad anterior. Preguntada sobre si le parecía alto, Migoya ha contestado que sí, pero que "como contrato de alta dirección los había mayores, como por ejemplo, el director de la Orquesta Sinfónica del Principado (OSPA)".
Más allá del procedimiento en su declaración Ana Rosa Migoya negó que Natalio Grueso la hubiera informado de que iba a pasar gastos a la Fundación Niemeyer anteriores a su creación, que por tanto nunca los autorizó.
Declaración último acusado
Antes de que empezaran las declaraciones de los testigos, ha tenido lugar el interrogatorio judicial del último acusado, que había quedado pendiente en marzo, Marc Martí, ex jefe de producción del Centro Niemeyer.
Entre otras cosas ha reconocido que empezó a trabajar como "colaborador externo" para el centro mientras cobraba le prestación por desempleo, motivo por el cual la Fundación le pagaba a través de la empresa "Artesanos de Villafortuny", que había hecho una obra en casa de sus padres. De hecho, Martí dijo que quien había hablado con dicha empresa había sido su madre, y que la Fundación le facturaba así para poder justificar de alguna manera el pago de su colaboración. Como prueba su defensa ha aportado un correo electrónico de octubre de 2008, que le envió Joan Picagnol, que era el subdirector del Niemeyer, diciéndole que podía empezar como consultor externo trabajando por proyectos y cobrándolos, "que merecía cobrar y que buscara la fórmula".
A partir de febrero de 2010 la Fundación Niemeyer contrató a Marc Martí como jefe de producción del Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer por 80.000 euros anuales, remuneración que el propio Martí dijo en el juicio que le parecía razonables porque "en aquél momento se hicieron cantidades de trabajo ingentes para colocar al centro avilesino que no existía en el mapa".
Para Marc Martí la fiscalía pide un año y medio de prisión por un delito de malversación de fondos públicos.
Es un equipamiento construído a instancias del arquitecto brasileño que tras recibir el Premio Príncipe de Asturiass de las Artes en 1989 respondió al llamamiento que la Fundación que organiza los premios realizó en 2006 a todos los galardonados con motivo de la celebración de su 25 aniversario regalando el diseño de un edificio, lo que luego fue el Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer, y que empezó a construirse en el año 2008.