Privatizar la Semana Santa de Málaga
Málaga
No hay que prestar demasiada atención a los políticos en Semana Santa… Lo suyo es un espectáculo impúdico, un fraude masivo –o, más bien, un cofraude masivo– usando el escaparate de la Semana Santa para exhibir sus campañas particulares.
El aguijón de Teodoro León Gross
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Ayer Dani Pérez, el candidato socialista, publicó un tuit donde mostraba algunas sombras sobre la ciudad: calles valladas, terrazas invadiendo espacios públicos, desorden… Descontado el plus oportunista de precampaña, seguramente tuvo la habilidad de catalizar un descontento que está en la calle.
Lo de las terrazas no es un fenómeno de la Semana Santa. Va más allá; todo el año. Algunas calles apenas existen como calles, sino como terrenos privados de los negocios de hostelería. El Ayuntamiento está abriendo más expedientes que nunca, es verdad, pero tanto da porque no se ejecutan. Es sólo cinismo de precampaña.
Lo más interesante es lo que sucede con el centro en Semana Santa: calles emblemáticas cortadas, con acceso restringido sólo a los que pagan; zonas valladas para crear un circuito cerrado, recortando el espacio público a los ciudadanos y, por tanto, privatizando un acontecimiento eminentemente popular para convertirlo en un espectáculo de pago en la almendra central.
Se entiende que haya que financiar la Semana Santa y eso requiera hacer caja, pero podrían empezar por una mínima honestidad: explicar las cosas a la ciudadanía y no vender que los cambios se plantean para hacerla más accesible. Ese cinismo no cuela. De hecho la gente parece, al menos en las redes, muy descontenta. Ha habido algún abucheo ya, al paso de Estudiantes. Y el olfato político del alcalde sin duda ha detectado ese riesgo. No hay que jugar con fuego en año electoral.