La procesión de La Sentencia abre la Semana Santa de Palencia
Arrancará a las 21:00 desde el Convento MM.Agustinas Recoletas
Palencia
El primer acto de la Semana Santa Palentina llega el Viernes de Dolores con la procesión de "La Sentencia" de la Hermandad Penitencial de Nuestro Señor Padre Jesús de la Sentencia que comenzará a las 21 horas.
El acto conmemora el pasaje evangélico en el que Jesús es injustamente condenado por Poncio Pilato a morir crucificado, abriendo así el camino hacia la Cruz.
RECORRIDO
Convento MM. Agustinas Recoletas, Gil de Fuentes, Jorge Manrique, Capilla MM. Agustinas Recoletas, Plaza de la Inmaculada, Santo San Pedro, Árbol del Paraíso, Plaza del Cordón, San Marcos, Gil de Fuentes, Plaza Isabel la Católica, General Amor, Doctrinos, Pedro Fernández del Pulgar, Marques de Albaida, Calle Mayor, Barrio y Mier, Juan de Castilla, Gil de Fuentes, Convento MM. Agustinas Recoletas.
ACTOS
21:15 - Lectura de la Sentencia de Cristo y Ofrecimiento a Ntra. Sra. de la Esperanza (Agustinas Recoletas).
22:00 - Oración a Difuntos (Santo San Pedro)
PUNTOS DE INTERÉS
22:20 - Calle Gil de fuentes en dirección a Iglesia de Ntra. Sra. De la Calle.
23:00 - Cuatro Cantones.
23:45 - Barrio y Mier
00:30 - Entrada en el Convento de las MM. Agustinas Recoletas.
IMAGINERÍA
Nuestro Padre Jesús de la Sentencia. Es una talla en madera de cedro de tamaño natural realizada por el imaginero Ventura Gómez Rodríguez en el año 2011. Nacido en Mairena del Alcor, este artista sintió desde pequeño vocación por las artes plásticas. Tras sus estudios de bachillerato, ejerció otros trabajos en talleres de carpintería en madera y en cerrajería artística, simultaneando esos quehaceres con ciertos encargos para algunas hermandades locales. En 1993 conoce al que sería su maestro, el insigne Luis Álvarez Duarte, de quien empieza a recibir unas enseñanzas que perfilarán su dedicación por la escultura y la imaginería.
La imagen representa a Cristo maniatado en el momento en que se promulga su sentencia de muerte. Aparece ensangrentado tras los azotes, un castigo con el que Pilatos, al darse cuenta de su inocencia, quiso librarlo, pensando en que el pueblo, al verlo en el doloroso estado en que dejaba a cualquier reo la flagelación (como podemos ver en esta figura), se compadecería de su persona, algo que finalmente resultaría, muy a su pesar, un completo fracaso.
El autor, que en cada nueva creación va adquiriendo un estilo más personal con sus gubias, humaniza en grado sumo el simulacro de Jesús, pues su expresión no es impasible ni abstraída, como es frecuente en este pasaje de la Pasión, sino muy dolorosa: dolor por el suplicio padecido que ha dejado demacrado su semblante, y dolor por la reacción del pueblo que recibe con aclamaciones el escrito que lo condena a la exigida Crucifixión. Al paso se le añadió en 2013 la figura de un romano, del mismo escultor.