'El apocalipsis homosexual'
Comentario inicial de David Perdomo, en el 'Hoy por Hoy Las Palmas' del 3 de abril.
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Comentario David Perdomo: "El apocalipsis homosexual"
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Las Palmas de Gran Canaria
Éste es un mensaje de emergencia: enciérrense en sus casas y no le abran la puerta a nadie aunque sea un conocido. Ha llegado la pandemia que podría acabar con la humanidad: la homosexualidad. Si aún están en la calle aprovechen y vayan al supermercado más cercano a por mascarillas. Bueno, no, es demasiado tarde. Corran a encerrarse. Dejen al niño en la guardería si hace falta, ya no hay tiempo para los sentimentalismos. La homosexualidad se extiende, es la enfermedad silenciosa y con un simple roce se podrían convertir en gay o lesbiana.
En realidad, no tengo problema con eso. Sólo estaba siguiendo los consejos de un hombre tan sabio del nivel de un concursante de Gran Hermano: el obispo de Alcala, Reig Pla. Este hombre está haciendo placa placa, repartiendo yoyas y no hostias a los homosexuales con sus palabras. Al menos la institución que él dirige. Según una información que publica eldiario.es, el obispado de Alcalá de Henares imparte terapias ilegales y clandestinas para 'curar' la homosexualidad. Porque para ellos será una enfermedad, así que si estornuda es mariquita. El obispado confirmó por escrito a eldiario.es que en el centro hacen terapias, aunque aseguran que no son reparativas sino formación educativo-sexual, para educar en el amor. Es normal que públicamente digan eso porque lo contrario les conllevaría una multa de más de 45.000 euros por homofobia. Además más de uno se cogería la baja laboral por gay. ¿Se imaginan? "Jefe, hoy me quedo en casa que me siento un poco homosexual". Aunque no me sorprendería que en el obispado que dirige Reig Pla intenten curarla teniendo en cuenta las perlas que nos ha dejado este hombre.
Entre otras cosas aseguró en una misa televisada que los homosexuales "encontrarán el infierno". En las tinieblas no hay llamas y fuego sino purpurina, un arcoiris y el cartel del Yumbo. Por lo menos es divertido a diferencia de las misas de este obispo donde adoctrina con el odio a las personas homosexuales y con un estricto y ultraconservador mensaje. Contra sus propios compañeros ya que, en su día, dijo que la ordenación al diaconado o al presbiterado de varones con AMS, que no es ninguna enfermedad sino las siglas de Atracción por el Mismo Sexo, son peligrosos para la vida pastoral de la Iglesia. El obispo de Alcalá tampoco quiere homosexuales entre sus colegas. Si la homosexualidad fuera una patología quizás podría curarlos siguiendo esos cursos de su obispado. Lo que dudo es que los homófobos como él tengan solución. Que Dios le coja confesado.