La repercusión del cambio horario en la salud
Ya estamos con el horario de verano
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Cadena SER
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Córdoba
Esta madrugada se produce el cambio de hora, entrará en vigor el horario de verano. De esta manera, a las 2 de la madrugada pasarán a ser las 3. Esta modificación es parte de una directiva europea que afecta a todos los países de la Unión, y pretende aprovechar mejor las horas de luz solar y consumir menos electricidad.
Un estudio realizado por un grupo de Enfermería del IMIBIC ha estado trabajando, junto con expertos internacionales de la Università degli studi di Ferrara (Italia) y la University of Texas at Austin (Estados Unidos), para conocer mejor la influencia que ejercen las alteraciones de los ritmos biológicos en la salud de las personas en relación a este cambio de hora.
Tal y como se destacó en la propuesta del 12 de septiembre de 2018 de la Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo de Europa, para la eliminación de los cambios de hora estacionales y por la que se derogaría la Directiva 2000/84/CE es de gran relevancia llevar a cabo estudios cronobiológicos que permitan conocer el impacto de esta medida en los ritmos biológicos humanos. El Prof. Dr. Pablo Jesús López Soto, investigador principal de esta línea y profesor de la Universidad de Córdoba recalca que factores tales como la edad, género y el ritmo circadiano endógeno (cronotipo) determinan en gran medida la capacidad de sincronización de la persona ante las alteraciones generadas por el cambio horario. En este sentido, cada persona tiene un cronotipo, principalmente ligado a los diferentes ciclos de sueño-vigilia. Algunos estudios muestran que aquellas personas con cronotipos vespertinos tienen más problemas de sincronización en el cambio horario de primavera, mientras que aquellas con un cronotipo matutino presentan mayores problemas en el cambio horario de invierno.
El cambio horario, junto con los turnos de trabajo y los viajes con distinta zona horaria (jet lag), son los principales factores que interfieren en los ciclos circadianos en los seres humanos. Aunque existe cierta incertidumbre sobre la similitud en el impacto del jet lag y el cambio horario en los ritmos biológicos, hay diferencias considerables, siendo el tiempo interno subjetivo una variable a considerar.
El cambio horario puede afectar de múltiples formas a la persona, predisponiendo al desarrollo de enfermedades mentales, enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, debilidad muscular, inflamación, e incluso, cáncer. Además, se ha visto su implicación en los accidentes de tráfico o en las visitas hospitalarias.