Ruido de adelanto electoral

Bilbao

El mismo día en que Jon Darpón presentó su dimisión empezaron a circular en redes mensajes sugiriendo un adelanto de las autonómicas. Un Gobierno en minoría solo por un escaño podría aprovechar el tirón jeltzale en las locales y la prevista subida del PSE para fortalecerse y no seguir maniatado por la oposición. Otros, en petit comité, preferían esperar a las dos citas electorales para decidir en función de resultados: los del gobierno y los de la oposición, porque un mal resultado, por ejemplo, del PP podría llevarle a cambiar de estrategia. Otros, aguardar a presupuestos y ahí decidir.

Todo especulaciones soto voce porque esta es una potestad exclusiva del lehendakari y porque los adelantos electorales se asocian a situaciones de debilidad de Ejecutivos en su ocaso. Pero antesdeayer al portavoz del Gobierno entrevistado en Euskadi Irratia se les escapó que tras los comicios el gobierno "analizará si es viable o no agotar la legislatura". Un error. Pone en evidencia la debilidad del gobierno, y traslada al país a un escenario de inestabilidad, lo que más molesta al lehendakari. Urkullu en persona tuvo que salir a desmentirlo. "Por ahora no", dijo.

Pero el daño está hecho. Y esta vez ha sido fuego amigo.