Sin pase

Asturias
El despropósito carbayón, en su particular concepción de la desdiplomacia y la morbosa y machista viralidad digital, solo parece comparable a la soez y pornográfica devoción especulativa de la directiva playa. Hablamos del, como gustan ellos, Real Oviedo, y, como vemos todos, Sporting, sin determinantes monárquicos ni adyacentes geográficos, y del desenlace final de ese derbi segundón, de segunda regional casi, en que el resultado invirtió la tendencia casi histórica: que ganen los azules. O al menos eso es lo que tenemos en el imaginario colectivo astur. Las excepciones tienen nombres propios, los de Tati Valdés, Quini, Gomes, Juanele, Villa o Guerrero, este para mayor gloria con el Sporting B.
La barbarie visitante en El Molinón y su versión linajuda intentando colarse detrás del autobús de los futbolistas encaja a las mil maravillas con la negativa a pagar el mantenimiento de la fachada y quien sabe qué más de un campo de fútbol al que ¿no sería mejor para evitar elegir nombres darle el de Quini a su puerta grande? La tozudez de unos y el mal perder de otros se fusionan dejándonos a todos sin madreñes por una caleya anegada por el oscuro lado del lodo y del logos. Igual que extender sobre el césped una lona con el nombre de una casa de apuestas deportivas que, para más inri, lucen en el pecho no los azules sino los rojiblancos, no los del Naranco sino los de la mar, no los de la capital sino los de la sucursal.
¡Las drogas, sean de la naturaleza que fueren, atentan tanto contra la realidad! Sporting u Ovieu carecen, no tienen un pase.