Urbe
Fabián Alcázar
Bilbao
Los dirigentes lo decidieron, ese paraje desierto sería el lugar donde erigir la gran ciudad del futuro. Ingenieros y arquitectos la diseñaron. Grupos de obreros la forjaron. El acero moldeó el esqueleto que le dio forma, se alzaron muros y paredes, el asfalto creó las arterias que transitarían sus moradores, millones de cables y ordenadores poblaron sus entrañas. Han pasado pocos meses desde el nacimiento de esa maravillosa urbe inteligente. En sus calles deambulan cabezas inclinadas hacia una pantalla. El metro, tranvía y autobuses movilizan entes de mirada perdida. Sus habitantes no hablan siquiera entre ellos. El vacío no desapareció, simplemente se disfrazó para no abandonar dicho lugar.