Duro correctivo del Espanyol B a un Conquense que no mereció tanto castigo

Cuenca

La Balompédica encajó su derrota más abultada de la temporada al caer por 4-0 ante el Espanyol B en la Ciudad Deportiva Dani Jarque. Un resultado excesivamente abultado por los méritos y deméritos de los dos equipos y que se fraguó en la segunda mitad. Los cuatro goles los encajó el Conquense en los últimos 33 minutos.

Volvió Láinez a su sistema 5-3-3 con un punta. Fue Pablo Aguilera el elegido para repetir el mismo once que le dio la victoria ante el Ontinyent hace dos semanas. El guión de la primera mitad fue el establecido por el técnico maño, al que no le importa ceder el balón al rival siempre que los suyos, cuando lo tuviesen, supiesen qué hacer con él. Y así fue. El balón lo tuvo mucho más el Espanyol B pero apenas creaba peligro, salvo con algún centro lateral, y en una jugada que acabó en gol anulado a Campuzano por fuera de juego. El partido pudo cambiar a los 14 segundos con una ocasión inmejorable para Aguilera ante Adri, que sacó su derechazo cuando el sevillano estaba sólo. Un remate de Parera de cabeza y un córner directo de Jorge que casi se cuela fue lo más peligroso de un Conquense que vestía de rojo completo.

A los siete minutos de la segunda la tuvo De Pedro, gran salida de Márquez, pared larga con Jordan que le deja sólo ante el portero pero un laterla. El 2 la cede a De Pedro pero su lanzamiento lo saca Adri. Y del posible 0-1 se pasó al 1-0. Tanto de Yago de cabeza tras un córner. Minuto 57 y los locales se adelantaban.

El gol fue un mazazo. El Conquense buscó la reacción, adelantó la línea de presión y hasta anotó un gol, obra de Aguilera, que anularon por fuera de juego. Donde no vio el colegiado fuera de juego fue en el 2-0. Tanto de Campuzano en posición dudosa con la defensa del Conquense parada esperando que el linier levantase el banderín. Demasiada pasividad de la defensa. Era el minuto 70 y el Conquense estaba totalmente hundido. En el 76 Campuzano ponía el segundo de su cuenta y el 3-0 general ante la mirada de una defensa demasiado parada y en el 86 el recién salido Max ponía el definitivo 4-0.