Txikon regresa al Campo Base del K2 tras no lograr pasar del C2
La ventana de buen tiempo que la expedición esperaba para este fin de semana no se produjo y todo el grupo ha regresado al campamento base
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Alex Txikon
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Bilbao
La expedición encabezada por el montañero bizkaino Alex Txikon ha decidido volver al campo base del K2 después de prácticamente una semana de intento de aproximación hacia la cumbre de la montaña.
Este es el testimonio de la última semana que nos ha remitido el propio Alex:
El día 23 de febrero, sábado, salimos todo el equipo en dirección al C1, situado a 6100 metros. En tan solo cinco horas y media llegamos a él. Una vez allí, Ignacio, Felix y Josep regresan tras su porteo a dormir al Campo Base Avanzado. El resto pernoctamos en el C1 con gran optimismo.
Optimismo que se desvaneció el domingo día 24. De los siete escaladores que fuimos, tan solo Cheppal y yo ascendimos con rachas fortísimas de viento hasta el C2, a 6600 metros, justo al pie de la chimenea house. Esta ubicación nos parece mucho más acertada para colocar el C2 por el hecho de estar más resguardado del viento. A duras penas en algo más de una hora fuimos capaces de montar la tienda con muchísimo viento.
El compromiso es máximo. Cae la noche y no pegamos ojo, estamos pendientes de mantener la tienda en pie. El día siguiente, 25 de febrero, quedamos a la espera de los compañeros que finalmente logran ascender del C1 al C2. Mientras tanto, Cheppal y yo tallamos otra repisa y movemos nuestro emplazamiento avisando a los compañeros de que debemos apretar, ya que día 26 apunta a buena previsión.
Tras 5 horas, volvemos a estar todo el grupo junto y las rachas no hacen más que aumentar rozando los 70 o probablemente los 80 km por hora. La noche es dura. Mis compañeros Nuri, Chhepal, Walung, Geljen, Pasang e incluso Pawel, con más experiencia en expediciones invernales, me dicen que ha sido una de sus peores noches si no la peor. El viento nos castiga y desmontar la tienda lleva su trabajo.
Pero a todo hay que sacarle su lado bueno y esto nos vale para hacernos más fuertes. La sensación térmica y el fuerte viento reflejan las condiciones que puede llegar a soportar el cuerpo. Pero siempre hay que escucharlo y cuando se empieza a pasar el límite hay que volver al Campo Base para garantizar la seguridad. Contentos con un pico más de aclimatación y porteo suficiente para acceder a cima.