Una gran deuda con Porcuna
La opinión de Luis Morales
![Hoy por Hoy Andújar (27/02/2019)](https://cadenaser.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fcadenaser.com%2Festaticos%2Frecursosgraficos%2Fresponsive%2Fimg%2Fplayer-permanente%2FSER-generico-recorte-16x9.png?auth=6a95b0408ef281e103361fe482ffad165cfe858adc6699774922b4bc69b186ad&quality=70&width=736&height=414&smart=true)
Hoy por Hoy Andújar (27/02/2019)
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Andújar
Son muchos los proyectos que la Junta de Andalucía tiene pendiente en nuestra comarca. Pero si hay una localidad que cuenta con una gran deuda histórica de la administración autonómica, esa es Porcuna.
Un pueblo que pese al abandono de la Junta durante estas últimas legislaturas es hoy visto como un ejemplo de gestión municipal. Cuentas saneadas, tasas de paro mínimas y un Ayuntamiento volcado en el mantenimiento de políticas sociales, conservación de infraestructuras y la puesta en valor y dinamización de su Patrimonio Histórico.
Pero es salir por sus últimas calles y nos encontramos sus auténticos problemas: las carreteras. Son dos vías autonómicas las que se cruzan en Porcuna, la A 306 que comunica Jaén y Córdoba y la A-305 que une Baena con Andújar. La primera requiere de poner en marcha el estudio de viabilidad de su transformación en autovía, realizado hace casi una década y que duerme en los cajones de Sevilla. Mientras la que une Porcuna con Valenzuela necesita una renovación del firme y la construcción de la variante de Valenzuela, para hacer así efectiva la comunicación rápida con la campiña sur cordobesa.
A sumar a estas cuestiones pendientes, la también comprometida participación de la Junta en las inversiones de recuperación patrimonial en el anfiteatro o el yacimiento de Obulco. Porcuna, con sus fondos propios, no puede recuperar completamente su rico patrimonio sin ayuda de otras administraciones. Y el Ayuntamiento lleva ya invertida una cantidad que debería sonrojar a la administración andaluza, que es la competente en esta materia.
Ya no hay excusas, el cambio se ha hecho efectivo y toca cumplir los compromisos. Nadie se puede esperar que se solucione en cuatro años lo que no se ha hecho en cuarenta, pero el movimiento debe percibirse y los presupuestos deben reflejarlo.