Morir y renacer
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Morir y renacer. Firma de opinión de Juana Castro
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Córdoba
Hacia la mitad de la década de los 70 años se vislumbra lo que parecía un cuento que vivían otros. Ahí enfrente, al fondo del pasillo, la decrepitud en todo el esplendor de su miseria. Ya no son los otros. Estamos tras la puerta. Tontería que simules. El disfraz de los disfraces cada vez viste menos, se convierte en un taparrabos que muestra sin ocultar. Son las articulaciones, el sueño, la digestión, el cansancio del ritmo, el tiempo que pierdes buscando las gafas, el bolígrafo, los plátanos últimos que compraste.
Hay que vivir en el hoy: Es el grito del engaño para perseverar. La historia de una vida se resume en varias muertes y otras tantas resurrecciones. Caer para levantarse y volver a vivir. Morir y renacer. El círculo oscuro del invierno y el círculo de luz de cada primavera y su verano. Las macetas de la terraza tienen hojas nuevas y la pluma de santa teresa, el cactus con ese nombre, ha florecido en sus extremos de campánulas rosas. Bienvenido el color y el amanecer de cada día y las luces que parpadean en la sierra. Esto es. Disfracémonos una vez más. Es Carnaval.