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La falta de vínculos personales marca a las personas sin hogar

Cáritas Aranda trabajó en 2018 con más de 250 transeúntes mayoritariamente varones españoles, solteros, con escasa cualificación laboral y bajo nivel de relaciones personales

La calle Isilla es uno de los lugares donde algunas personas sin hogar solicitan ayuda con carteles como el de la imagen / Cadena SER

La calle Isilla es uno de los lugares donde algunas personas sin hogar solicitan ayuda con carteles como el de la imagen

Aranda de Duero

Alrededor de 250 personas fueron atendidas por Cáritas Aranda el pasado año a través de su proyecto de Acogida al Transeúnte. Sin embargo las intervenciones con este colectivo ascendieron a 1.206, dado que una de sus características es que tienen periodos de inserción intermitentes por lo que es frecuente que una misma persona sea atendida varias veces al año por este servicio. Son datos recogidos en la memoria anual de este proyecto elaborada por esta institución social.

La estadística indica que son mayoritariamente los varones quienes requieren esta atención: pasaron por este programa de Cáritas Aranda 219 hombres y 34 mujeres. Estas últimas, además, suelen acudir acompañadas por un hombre al que en ese momento reconocen como su pareja. Por el contrario el perfil mayoritario de las personas atendidas destaca por su distanciamiento familiar y un bajo nivel de relaciones personales. Incluso destaca la memoria de Cáritas que no suelen tener ningún tipo de ligaduras entre sí. “Son gentes solitarias, seres solos”.

Según indica este mismo documento con frecuencia los usuarios de este programa refieren problemas de alcohol y/o alguna enfermedad mental.

Casi la mitad de estas personas están solteras, aunque la tendencia indica que aumentan levemente el número de divorciados, llegando a ser un 25% mientras que un 17% están casados.

La mayoría de los usuarios de este programa son de nacionalidad española (130 de los 253 atendidos). Otros 31 usuarios son de Rumanía, 29 de Marruecos y otros 39 de diversos países europeos, entre los que destacan Portugal (15 usuarios tenían esta nacionalidad) y Bulgaria (pasaron por el programa 11 personas procedentes de este país). También acudieron a los servicios de Cáritas de forma muy minoritaria nacionales de Argelia, Senegal o Guinea, mientras que fueron atendidas 11 personas de diversos países de Latinoamérica.

En cuanto a la edad el grueso de las personas con las que trabajó Cáritas Aranda el pasado año en el programa de transeúntes tenían entre 25 y 60 años, aunque llama la atención que también hubo dos con más de 70 años y 4 con menos de 20. Pese a que están en edad laboral, en la mayoría de los casos presentan baja cualificación profesional y cultural y no tienen la preparación adecuada para acceder a puestos de trabajo para los que se pide cada vez más especialización. La memoria de Cáritas indica que los trabajos a los que acceden son actividades de construcción, hostelería y campo y generalmente de forma temporal.

En cuanto a factores de exclusión social asociados a la falta de hogar, esta organización social constata la presencia cada vez mayor de personas con transtornos psiquiátricos dentro de este colectivo. También detectan un mayor nivel educativo y más problemas asociados a rupturas familiares, toxicomanías y desplazamientos por motivos de trabajos temporales. De hecho Cáritas subraya que ha aumentado el número de personas que tienen residencia establecida pero que pasan por su servicio porque se han desplazado de dicho lugar buscando trabajos eventuales como temporeros.

Recuerdan también que la mayor parte de ellos entran y salen del transeuntismo pasando por periodos de inserción intermitentes por lo que suelen ser atendidos periódicamente por instituciones dedicadas a su atención. “Sin domicilio estable, sin vida estable, aparecen y desaparecen de este sub-mundo yendo de un lado para otro sin rumbo ni dirección prefijadas” sostiene la memoria de Cáritas Aranda. En muchos casos su situación está asociada a la mendicidad como modo de seguir viajando.

Por otra parte, pese a que tienen una gran dependencia institucional para poder subsistir y pasan por estos servicios varias veces al año se muestran recelosos de las instituciones.

El servicio que Cáritas ofrece a estas personas, con la subvención del Ayuntamiento de Aranda, incluye una primera acogida con un día de atención durante el cual se cubren sus necesidades básicas de alojamiento, comedor, higiene personal, ropa y recursos de farmacia con prescripción médica. Este servicio se basa en una primera entrevista social. También se ofrece información y orientación para buscar soluciones a cada problemática, a la vez que se les deriva a otros recursos que puedan existir para ellos. En la entrevista personal uno de los objetivos es motivarles para iniciar un proceso de integración que cambie sus pautas personales utilizando los recursos más adecuados.

 

 
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