Casado, el niño bien de Maristas que se hizo reaccionario
El comentario de Juan Francisco Rojo
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"Casado, el niño bien de Maristas que se hizo reaccionario", el Editorial de Juan Francisco Rojo
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Palencia
Una universidad ha premiado al palentino Pablo Casado, presidente nacional del Partido Popular como “el personaje público de Castilla y León que mejor comunica”. Horas después de concederle el premio el propio Casado afirmaba “que si queremos pensiones debemos pensar en cómo tener más hijos, no en cómo abortarlos”.
Es decir, el personaje que supuestamente mejor comunica en esta Comunidad ve a las mujeres como máquinas reproductoras de cotizantes a la Seguridad Social. Casado empezó su trayectoria al frente del PP intentando parecerse a Rivera, el de Ciudadanos. Por haber, había hasta cierto parecido físico. Pero la llegada de Vox, de la ultraderecha más recalcitrante, hizo aflorar al oportunista que hay en ese niño que estudió en Maristas y que más que conservador, es un reaccionario de tomo y lomo.
Es ahí donde surge el Casado rancio al que no le importa perder votos si la suma de la derecha le aúpa al poder como ha ocurrido con su partido en Andalucía. En el fondo, no es más que un trilero ávido de poder al que le valen los constantes embustes de Vox para llegar a la poltrona. El problema es que enfrente tiene un PSOE y un Gobierno sin discurso y con un Pedro Sánchez al que también se le ve el plumero sobre su sed de mantener el poder; un Pedro Sánchez que hace tiempo que tenía que haber convocado elecciones.
Volviendo a Casado, estoy convencido de que muchos palentinos estarán orgullosos de que un paisano haya llegado tan lejos. Sin embargo, yo no puedo sentir admiración por alguien con un discurso que nos aboca a las cavernas. Es el mismo que llamó imbécil y subnormal a Bardem, el mismo que dijo que los de izquierdas son unos carcas que están todo el día “con la guerra del abuelo, con las fosas de no sé quién”. El mismo que ha tenido que echar el freno en el tema del aborto, abogó por derogar la actual ley de plazos y volver a los rancios postulados de 1985, ante las diferentes sensibilidades del PP.
Y es que a veces pienso que Palencia no tiene suerte con algunos de sus representantes políticos que han llegado a lo más alto. Ahí está otro caso paradigmático, el de Ignacio Cosidó. El mismo del mensaje de WhatsApp presumiendo de un futuro control del PP sobre el Supremo. El mismo que dirigió la Policía en una etapa siniestra, llena de sombras, con la repugnante Operación Kitchen de por medio.
No, decididamente no hemos tenido suerte con algunos de nuestros representantes que han obtenido relevancia nacional. Menos mal que los palentinos somos gentes de buena masa. Eso dicen que afirmó Santa Teresa.