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La luz al final del túnel

Las sensaciones de Pedro Mosquera al volver al once

Pedro Mosquera / RC Deportivo

Pedro Mosquera

A Coruña

Pedro Mosquera ha pasado dos meses a la sombra. En un discreto segundo plano, alejado del once titular e incluso huérfano de minutos. A comienzos del pasado mes de diciembre, en el partido ante el Numancia, salió de la rotación del equipo y desde ese momento se ha tenido que conformar con ver los partidos desde el banquillo. En alguna ocasión incluso desde el palco. Un periodo que sobrellevó ya no solo en silencio, sino que también sin pedir explicaciones: "No hablé con Natxo. He intentado entrenar lo mejor posible. Él mismo ha dicho que no he expresado una sola queja".

Mosquera no ha hecho ruido durante su ausencia. "Se pasa mal. El día a día aquí es genial pero el fin de semana cuando no participas es complicado. No es la primera vez que me ha pasado y de todo se aprende". Los méritos se ganan entre semana en Abegondo y ahí es donde concentró sus esfuerzos el centrocampista. Intentando andar un camino que jugadores como Didier o Christian completaron antes que él: la senda que deja atrás el ostracismo y te devuelve a los focos. "Los que tienen menos minutos entrenan al máximo y eso se va a notar a final de la temporada" pone de relieve el coruñés. Las rotaciones y el reparto de minutos son otro argumento al que se aferran en Abegondo.

Esos dos meses alejado de las preferencias del técnico coincidieron con la apertura del mercado invernal, aunque Mosquera nunca fue moneda de cambio. "Tuve alguna conversación con Carmelo y ellos me transmitieron que quería que siguiese aquí, que estaban contentos". Una charla que zanjó de raíz cualquier opción de cambio de aires.

La vuelta de Mosquera al once coincide con un momento clave de la temporada: duelos antes rivales directos y acumulación de partidos en casa. Uno de ellos, el de este sábado frente al Nàstic "es vital para ir a Málaga. Luego vienen varios partidos seguidos en casa. Es el momento de dar el golpe encima de la mesa" reflexiona el centrocampista. La cabeza de la tabla se estira y Mosquera quiere dar continuidad a esa escapada en lo alto de la clasificación.

Un deseo apoyado en el diferente rendimiento del equipo a domicilio, donde ha conseguido asaltar, de manera consecutiva, dos campos como El Molinón y Los Cármenes. "Cambiou a mentalidade coa que encaramos os partidos. Saímos moi conscientes do que temos que facer".

Para traerse los tres puntos de Granada, al Deportivo le tocó lidiar con dos acciones antideportivas: un gol, anulado, conseguido con la mano y una nueva expulsión sufrida por los blanquiazules en una acción muy rigurosa. Mosquera tiene claro que la acción que supuso la tarjeta roja a Nahuel Leiva "é unha esaxeración de Víctor Díaz. Moitas das nosas expulsión podíamos aforralas, pero é tan feo facer un xesto violento como simulalo". Y zanjó el tema con una recomendación cada vez más solicitada en un deporte, el del fútbol, donde el engaño se ha vuelto en una constante en cada partido. "Debemos ayudar al árbitro entre todos y esas cosas (engaños) se deberían evitar".

 
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