A río revuelto...

Se puede decir que este martes comienza la semana; ayer cogimos un poco de aire tras un domingo cargado, ya lo saben, de peticiones y reproches -con un bosque de banderas como telón de fondo-. Y digo que ayer cogimos aire porque hoy comienza el esperado juicio al ‘proces’ y mañana sabremos qué pasa definitivamente con el proyecto de presupuestos para 2019.

Tan volátil está la situación política en nuestro país que ayer EFE habló de un posible adelanto electoral. La agencia de noticias afirma que el gobierno de Sánchez baraja la opción de unas elecciones generales el 14 de abril; una fecha, por cierto, llena de contenido. Rápidamente, Moncloa y el PSOE negaron esa posibilidad, pero cada vez suenan más los tambores electorales -ya sea el 14 de abril, el 26 de mayo o en otoño-.

Al final, aunque uno piense que el mal llamado conflicto catalán no debería afectar más allá de los actores implicados, tenemos ahora unas cuentas para 2019 en el alero a la espera de lo que decidan los partidos independentistas catalanes, un gobierno a la espera de un proceso judicial y de una negociación estancada -relator mediante-, y a todos pendientes de estas esperas. Aquí seguimos con la batalla presupuestaria, muy rentable electoralmente para CC y un marrón considerable para los socialistas canarios; una guerra de guerrillas que quedará para las portadas de los periódicos y las entrevistas en los medios si no ocurre un milagro esta semana en el Congreso de los Diputados.

Lo dicho, hoy empieza la semana y, quién sabe, quizás una nueva carrera electoral en la que, mucho me temo, solo se hablará de Cataluña. ¿Quién gana con este debate? A lo mejor los interesados en polarizar a la sociedad en dos frentes. Y mientras, el resto, la mayoría, tiene que ver como la parálisis política, la falta de propuestas y soluciones a los problemas del día a día, se mantiene a la espera de sensatez y altura de miras. Una espera que abre la puerta a otros peligros y a otros partidos que sueñan con llenar las redes en río revuelto.