Visión histórica

Andújar

Tenía preparada una columna sobre el cambio de gobierno en Andalucía, y las repercusiones, retos y oportunidades para Andújar, cuando un hecho vivido esta semana y relacionado con mi pasión por la Historia me ha llevado a replantearme por completo la intervención.

El hecho tuvo lugar en el debate de la sesión de investidura. Ahí escuchamos a los de un extremo contarnos que la toma de Granada en 1492 fue poco menos que el hecho más importante para Andalucía y el triunfo del bien contra el mal, y a los del otro extremo contarnos que aquello fue el fin de un Reino de las maravillas, y el triunfo del mal contra el bien. Ambas visiones intentan manipular los hechos históricos para arrimar el ascua a su sardina ideológica, y aunque ninguna de las dos visiones soporta un mínimo análisis riguroso, puede colar bien cuando el público al que se dirige tiene carencias en los conocimientos sobre la Historia.

Lanzo una reflexión: para saber a dónde vamos, necesitamos saber de dónde venimos. Y la palabra clave es “saber”, que no es lo mismo que “opinar” ni que “creer” en mitos y leyendas. Y les lanzo un reto: si tuviesen que describir el paso de Andújar de manos musulmanas a castellanas, con el que, por cierto -puestos a buscar fechas relevantes-, arranca la historia de la Andalucía que conocemos hoy, ¿cómo creen que ocurrió? ¿Creen que en Andújar hubo asedio, batalla, guerra, sangre, muertos? ¿Qué opinan? Pues sepan que la realidad es que el rey musulmán de Baeza, de la que dependía Andújar, entregó en 1225 el castillo de nuestra ciudad pacíficamente a su amigo el rey Fernando III para que el castellano ayudara al musulmán, ambos aliados, en sus batallas contra otros musulmanes, los almohades de Jaén y Córdoba; que al frente de nuestro castillo estuvo D. Alvar Pérez de Castro mientras que la ciudad siguió dependiendo de las autoridades musulmanas, y que cuando el rey musulmán de Baeza falleció en 1226, la ciudad fue tomada por los castellanos, según la tradición el día de Santa Marina (de ahí el nombre de la iglesia), sin que se derramara una gota de sangre.

Cierto es que todo se ve según el color del cristal con que se mira, pero por favor, que algunos se limpien las gafas para no tener una visión histórica distorsionada.