Las promesas sobre la A-311 o creer en la evidencia
La opinión de María del Carmen Peral
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Hoy por Hoy Andújar (14/01/2019)
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Andújar
La confianza de la sociedad en los científicos suele basarse en la transparencia con la que gestionan la evidencia y los hechos, pero es difícil a veces entender en qué se basa la confianza en los políticos cuando transforman los hechos o la evidencia. De ahí entiendo la importancia de contribuir a una sociedad cada día más capaz de hacer análisis objetivos de la evidencia.
Y es que digan lo que digan los políticos, la evidencia es que somos muchos los que nos desplazamos diariamente desde Andújar y su comarca a Jaén y a la inversa, ya sea por motivos laborales, administrativos, de salud, etc. y sufrimos el penoso estado y la peligrosidad de la carretera A-311 que une Andújar con la capital de provincia, circunstancia ésta que no soportan ni los ciudadanos de Linares ni los Úbeda ni los de otras poblaciones de la provincia. Y no me vale alegar que también tenemos los iliturgitanos la posibilidad de ir a Jaén por autovía a través de Bailén porque por esa lógica los de Úbeda podrían haberlo hecho a través de Linares.
Tras años de promesas es difícil saber qué creer: El pasado mes de octubre el Consejero de Fomento y Vivienda anunció el arreglo de los más de 38 km de la mencionada carretera A-311, pero es que ya justo hacía un año que había anunciado el arreglo de dicha vía y en el mes de febrero del pasado año lo hizo el parlamentario José Latorre. A su vez en Noviembre de 2016 todos los grupos políticos con representación municipal y en febrero de 2017 en Diputación Provincial aprobaron por unanimidad el desdoblamiento de esta carretera en autovía, solución con la que el resto de cuidadanos seguro estamos de acuerdo y más los que por desgracia hemos presenciado accidentes incluso mortales. Luego justificamos la pérdida de unas elecciones en el problema catalán…
Ante esta evidencia, fuera de emociones y creencias personales, es difícil entender las promesas políticas, espero una pronta y buena solución y que, la resignación de poner a diario nuestra vida en peligro no sea lo único que nos quede.