"A los 8 años les dije a mis padres que quería ser marionetista y a los 12 ya hacía actuaciones"
Caerlynn es un alemán de 50 años que descubrió Cantabria cuando viajaba destino a Portugal, lugar al que nunca llegó
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Caerlynn en los estudios de SER Cantabria. / Cadena SER
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Santander
Caerlynn descubrió los títeres cuando sus padres le llevaron a ver unas marionetas a un teatro de Berlín, allí se quedó prendado de la actuación de un grupo de Chequia. Al salir, estaba tan impresionado que les dijo a sus padres: “Yo voy a ser marionetista”. Y dicho y hecho, a los 12 ya hacía actuaciones y a los 15 dejó la escuela y empezó a viajar por el mundo con su mochila. Fue al llegar a Francia cuando descubrió el verde de los montes y eso le acabó de embrujar. Desde allí con la idea original de ir a Portugal, comenzó un viaje que le hizo conocer Cantabria, hace 17 años, y ya nunca llegó a tierras lusas, porque con un carro y dos caballos al atravesar Alisas, eligió esta tierra para establecerse.
Construir cada títere le cuesta unas 150 horas, y procura hacerlo “del tirón”, con jornadas de 10 horas diarias, para que cada muñeco conserve “un mismo alma”.
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Algunas de las marionetas de Caerlynn. / Cadena SER
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Algunas de las marionetas de Caerlynn. / Cadena SER
Ahora está centrado en impartir talleres a todo aquel que quiera aprender a manejar marionetas, pero su objetivo es poder ofrecer actuaciones en colegios y en centros de atención a mayores, como residencias de ancianos, porque considera que la interacción con los títeres puede ayudar mucho a las personas que por ejemplo, padecen demencia.