El descalabro de la Copa y las dudas sobre la realidad actual
El equipo volvió a evidenciar una debilidad mental apabullante, además de recuperar viejos síntomas preocupantes del comienzo de la temporada
Córdoba
El Córdoba sigue cuesta abajo y sin frenos, al menos de momento. Ya no es que se pierda en Copa y el Getafe te golee. Es la imagen que volvió a mostrar el equipo y la sensación de que hay huelga de brazos caídos. Al más mínimo golpe, el Córdoba se cae para no volver a intentar levantarse. O eso cambia, o este equipo va camino del desastre absoluto.
Curro Torres tiene un duro trabajo por delante y el cordobesismo quiere confiar en que no se decepcionará como le ocurrió a Francisco. Su carácter es diferente al almeriense, pero la verdad es que viendo el panorama, al más motivador le darían ganas de tirar la toalla. No es cuestión de trabajo exclusivamente, sino de planificación y actitud. Se puede perder, pero no se puede dejar en el vestuario la dignidad profesional como ocurrió en la segunda parte de Getafe y en otros partidos de este año (Albacete, Granada, Málaga, etc).
O hay un cambio radical antes de que llegue el parón navideño o este equipo estará en Segunda B muy pronto. Los milagros del año pasado no suelen repetirse y menos con el club en su situación actual (económicamente hablando, en un momento crítico).
Ante el Zaragoza solo vale ganar.
Jaime Romero, por cierto, está ya mucho mejor tras pasar la noche en el Hospital de Getafe con un traumatismo craneoencefálico.