Los vagabundos de la catedral

Murcia

Tuithistoria Libros

La mañana es más húmeda que fría pero al salir a la calle me subo el cuello de la chaqueta porque es desapacible. Cuando me acerco a la radio paso todas las mañanas por el imafronte de la catedral. Giro a la izquierda, hacia la plaza de la Cruz y, si llueve, como hoy, paso por los soportales. Todos los días están llenos de hombres y mujeres que duermen en la calle. Hoy sólo quedan dos pero está el rastro de algúnos más que se han marchado antes de lo habitual porque casi siempre duermen a esta hora. Les oigo roncar, moverse, carraspear. Es una situación extraña, casi como de zona de guerra. La calma de la calle peatonal al otro lado y, bajo estos techos, la catástrofe social de la pobreza.

Hoy me fijo en un detalle: como ha llovido tanto estos días el suelo sigue muy húmedo. Bajo los hombres que quedan, y también bajo los que que ya se han ido, algunos han instalado una especie de "suelo" protector para que sus mantas o sus sacos de dormir no toquen la humedad. A veces ponen papeles, otras cartones que son más gruesos pero hoy han puesto unos libros azules de tapa gruesa.

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Por curiosidad, en uno de los puestos donde ya no ha nadie abro uno de los libros y veo un montón de anotaciones en pesetas. Nombres, iniciales, porcentajes, dinero. Son anotaciones de un banco o de una empresa con dinero entrando y saliendo, con cantidades altas a veces y otras más pequeñas. Están viejos y parecen sacados de la basura.

Los vagabundos de la catedral han dormido esta noche sobre libros de cuentas de un banco. El mundo a veces genera cuadros tan grotescos como éste.

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Javier Ruiz