Las entendederas capadas
Quien tiene las entendederas capadas confunde la pasión por unos colores con hacer más de 200 kilómetros para pegarse. Y lo mismo se puede decir de quienes les esperan
La Columna de Carlos Arcaya | Las entendederas capadas | 13/11/2018
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Alicante
El Boca-River, el partido de ida de la Final de la Copa Libertadores, se convirtió en un espectáculo global. Un espectáculo hermoso. La épica que tiene el futbol -y que aprecian o apreciamos hasta los que cada vez nos vamos alejando más y más del llamado deporte rey- tiene mucho que ver con la pasión con la que se viven los partidos en el campo y en las gradas y no tanto con otras cuestiones.
Quien tiene las entendederas capadas confunde la pasión por unos colores con hacer más de 200 kilómetros para pegarse. Y lo mismo se puede decir de quienes les esperan. Luego, siempre lo pueden aderezar con otros ingredientes ajenos a lo futbolístico.
En muchas ocasiones, los propios clubes han compadreado con sus ultras por muchos motivos. Ahora, Hércules y Castellón tienen que demostrar tolerancia cero con los socios que protagonizan estas peleas.
Y por cierto, hay que felicitar a los agentes de la Policía Local de Alicante por su rápida y eficaz actuación.