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Iglesia católica

Quince años dedicado a Ávila

Jesús García Burillo se despide dando las gracias por la acogida que ha tenido durante estos años

Jesús García Burillo, entrevistado en octubre de 2018 en Ser Ávila / Auxi Rueda

Jesús García Burillo, entrevistado en octubre de 2018 en Ser Ávila

Ávila

Jesús García Burillo tomó posesión como obispo de Ávila el 23 de febrero de 2003. Quince años y siete meses después el Papa Francisco ha nombrado como sustituto a José María Gil Tamayo. De este forma se materializa la renuncia que Jesús García Burillo presentó al cumplir los 75 años, en mayo de 2017.

Hoy se ha puesto fin a una etapa en la Diócesis de Ávila. Una etapa marcada por el talante alegre y conciliador de un obispo que llegó en un momento difícil, ya que su antecesor, Adolfo González Montes, había tenido una relaciones tensas con las instituciones de la ciudad.

Durante varios años la bandera de Ávila se quedó fuera de la Catedral en las celebraciones de las fiestas locales, como gesto visible de esas malas relaciones. Eso cambió a los dos meses de su llegada. La financiación y viabilidad de la Universidad Católica de Ávila fue otro de los asuntos que tuvo que abordar a su llegada a la diócesis.

En el tiempo en el que ha sido obispo se han dado dos acontecimientos históricos relevantes en la diócesis. El primero fue la celebración del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa. El segundo la concesión de un jubileo periódico a la diócesis cuando el 15 de octubre caiga en domingo. Precisamente la celebración del I Año Jubilar Teresiano es lo que ha retrasado su sustitución.

Uno de sus últimos actos públicos ha sido la inauguración del nuevo Archivo Diocesano.

En su despedida ha dicho que está "muy muy agradecido a toda la diócesis, a la agogida que me ha hecho y sobre todo a los sacerdotes que son los colaboradores directos del obispo". Ha recordado que en estos años han fallecido 70 sacerdotes y ha dicho que son necesarias nuevas vocaciones porque "hemos quedado muy disminuidos y una diócesis sin sacerdotes no la podría sostener ni La Santa".

A partir del 15 de diciembre se convertirá en obispo emérito de Ávila. "Creo que ya no tiene tantas preocupaciones el obispo a partir de ese momento", ha dicho en tono de broma, añadiendo que estará en disposición de ayudar en todo lo que pueda. Y ha asegurado que espera poder vivir "en una casita chiquitita que hay aquí en el patio". Ese espacio, en el que ahora se guardan los coches, tiene que ser habilitado. "Voy a ver si convenzo al administrador para que la arregle un poquito", ha dicho, añadiendo que tiene muchos libros y que los tendrá que llevar al seminario porque no van a caber "en esa casita".

 
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