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SPORTING 2 - EIBAR 0

Otro Sporting es posible

El equipo rojiblanco se reconocilia con su afición ofreciendo en Copa del Rey una imagen muy diferente a la de la Liga

jl cereijido (EFE)

Gijón

La Copa del Rey ha mostrado el camino. Sin caer en el oportunismo de pedir que los once de la Copa jueguen el domingo en Almería, la realidad es que el partido frente al Eibar ha dejado claro que otro Sporting es posible. Que este equipo tiene recursos para intentar tener la pelota, dominar los partidos, jugar bien al fútbol y (¡oh, sorpresa!) competir. Si además eso puede hacerlo frente a un rival de Primera División, por mucho que el Eibar fuera extrañamente blando, y con una importante cuota de gente de la casa, mejor todavía. Y si para colmo Djurdjevic marca y el árbitro no se lo anula, miel sobre hojuelas. De aplicar la justicia que prometió Rubén Baraja, que asegura basar sus decisiones en el rendimiento ofrecido, algo debería cambiar en el equipo en Liga.

La cita copera por fin dio una alegría a una afición a la que últimamente se ha tildado de exigente, pero que este jueves demostró que lo que más quiere es que le permitan aplaudir. La gente salió de El Molinón alegre (por una vez), satisfecha por el hecho de no aburrirse ni desesperarse viendo a su equipo y esperanzada en que no haya sido flor de un día y Rubén Baraja tome nota y aprenda la lección.

El Sporting fue muy superior al Eibar, salvo en los primeros compases del partido. Luego fue creciendo en el partido, imponiéndose en el mediocampo y logrando que el dominio fuera, por momentos, abrumador. Es verdad que al Eibar no le salió nada (se le lesionaron Calavera y Ramis y al descanso se quedó sin cambios), pero eso ni justifica la mala imagen de los de Mendilibar (que se desesperó) ni resta méritos a un Sporting que tampoco lo tenía fácil, al ser un equipo casi nuevo.

Si ya en la primera mitad el Sporting acabó mandando, en la segunda dominó totalmente. Hernán Santana, Cristian Salvador y Pablo Pérez anulaban al mediocampo del Eibar, Traver e Isma Cerro se mostraron incisivos en las bandas (aunque les falta continuidad para ser más resolutivos) y Djurdjevic entró más en juego que en otros partidos.

El serbio, por fin, pudo celebrar un gol. Lo hizo con rabia, después de aprovechar un fallo garrafal del lateral Cucurella. Un mal despeje se fue hacia dentro de su propio área. Djurdjevic recibió el regalo y no lo dejó pasar: el control fue extraordinario y la ejecución del gol, perfecta. Un tanto que le viene muy bien al serbio para liberarse de presión y empezar a demostrar el porqué de la inversión millonaria en su fichaje.

A Rubén Baraja le salieron bien hasta los cambios. La prueba es la jugada del segundo gol, en la que intervinieron los tres  jugadores de refresco: robo de balón de Álvaro Jiménez, pase a Nacho Méndez que se plantó en el área y, sin el mínimo atisbo de egoísmo, asistió a Neftali, al que vio por el retrovisor. El delantero empujó la pelota desde el punto de penalti para dejar la eliminatoria muy encauzada (se resolverá la primera semana de Diciembre en Ipurúa) y confirmar que incluso con gente de la casa, intentando jugar al fútbol y siendo ambicioso, el Sporting puede competir y ganar. Ahora en Almería, ¿qué? A Baraja le corresponde decidir.

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 
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