El cambiante peso de la ley
Si viviéramos en un país normal, hace tiempo que el dinero de las cláusulas suelo -que los bancos se embolsaron durante años- se hubiera devuelto automáticamente a los clientes tras las primeras sentencias judiciales; si la administración facilitara la cosas a los ciudadanos, hace días también que Hacienda habría empezado a reintegrar las retenciones de los permisos de maternidad, un dinero que el Supremo sentenció no debía estar sujeto a la presión del fisco. Ahora, otra sentencia del Alto Tribunal obliga a las entidades bancarias a devolver el pago de los impuestos hipotecarios. Y como en los casos anteriores, me parece que estamos a las puertas de otra yincana administrativa para poder recuperar lo que le pertenece a miles de personas.
Ya lo hemos visto en otros casos; a pesar de contar con varias sentencias judiciales, al final, parece que tenemos que pedir hasta perdón o, incluso, permiso para ejercer nuestros derechos. Lo de las cláusulas suelo fue sangrante, se inventaron un mecanismo para reclamar que dilata el proceso y cansa hasta al más paciente. Con las retenciones de los permisos de maternidad, lo mismo. Todavía estamos esperando por Hacienda para saber cómo recuperamos ese dinero. Y si nadie lo remedia, con los impuestos hipotecarios pasará algo similar: camino lleno de obstáculos, proceso lento y opaco, poca información…
¿Por qué será que cuando la administración o, en este caso, la banca, mete la pata cuesta mover cielo y tierra para recuperar hasta un mísero euro? ¿Por qué será que cuando nosotros metemos la pata, automáticamente el peso de la ley, la Agencia Tributaria y las diez plagas de Egipto actúan sin compasión? O en este país las sentencias son relativas, como diría Einstein, o los fraudes y los abusos de la administración y las entidades bancarias van por otro lado y a otro ritmo. Es una pena, por ejemplo, que no podamos desahuciar a los bancos por el retraso en el pago del dinero que nos deben de la misma manera que ellos nos pueden echar a patadas de nuestra casa cuando nos retrasamos en las mensualidades de la hipoteca. Imagen esa posibilidad. Pero ya saben, no vivimos en un país normal; el peso de la ley es más ligero para algunos.