Recursos en las antípodas
Mientras que la defensa de dos de los jugadores solicita el sobreseimiento del caso la acusación particular pide que se les impute un delito más
Aranda de Duero
Acusación particular y defensa de los imputados en el denominado Caso Arandina han presentado ya recursos al auto de procesamiento de los tres jóvenes exfutbolistas dictado por la jueza instructora.
La acusación particular solicita una nueva imputación para los tres jóvenes por haber provocado el encuentro con la adolescente durante el que presuntamente se cometió el delito. El recurso presentado por el abogado de la denunciante apela a un artículo del código penal (183.ter) en el que se considera un delito diferenciado el hecho de contactar con una persona menor de 16 años a través de internet, teléfono u otra tecnología para concertar un encuentro con el fin de cometer algún delito de índole sexual, siempre que después se materialice el acercamiento a la víctima. En el recurso asegura que esta conducta de los investigados queda acreditada con las grabaciones telefónicas que se han conocido durante la investigación judicial.
Por su parte la defensa de al menos dos de los procesados solicita el sobreseimiento de la causa y el archivo de las actuaciones, entendiendo, que el auto de procesamiento de la jueza “adolece de indicios racionales de criminalidad seriamente constatados” para procesar a los jóvenes. El desacuerdo con el auto es tal que el recurso de la defensa llega a calificarlo de “insostenible en su valoración de los hechos, infundado en la aplicación del derecho material e incomprensible en la aplicación del derecho procesal”.
Al contrario de lo que aprecia la jueza, la defensa sí encuentra severas contradicciones en las versiones de los hechos que ofrece la denunciante, así como en las de algunos testigos de su entorno. Apela en varias ocasiones al tiempo transcurrido entre la presunta comisión del delito y la denuncia. Cuestiona que la denunciante no mencionara al único testigo que estuvo en el domicilio durante la presunta comisión de los hechos y que aseguró no haber apreciado ninguno de los episodios relatados por la adolescente. El recurso de la defensa también pone en entredicho el papel de una de las testigos, la psicopedagoga a quien la menor cuenta lo ocurrido, preguntándose con asombro por qué una profesional como ella no pone la situación en conocimiento de los padres de la menor y en su lugar contacta con alguno de los exjugadores.
La defensa interpreta que las secuelas psicológicas en la menor que describe alguno de los informes periciales son fruto de la presión mediática. Sugiere que el comportamiento de la menor días después de los hechos y la forma en la que los cuenta en su entorno restan veracidad a su relato. Además relativiza el valor del testimonio de las personas a las que la joven contó lo sucedido indicando que ninguna estuvo presente en el momento denunciado ni en los posteriores más próximos.