Dos calles para el humanista Fadrique Furió
Por error y por desidia, este gran humanista valenciano tiene dos calles a su nombre en Valencia
Valencia
La de Fadrique Furió es de esas anécdotas que explican lo ignorado y mal tratado que ha estado el nomenclátor callejero de la ciudad de Valencia a lo largo de su existencia. En 1965, el cronista Almela y Vives ya propuso el nombre de Furió para rotular una calle en proyecto del barrio de Ayora bajo el nombre de calle del Humanista Furió, tal y como finalmente se rotuló y como continua vigente.
Pero sorprendentemente, 14 años más tarde y con el beneplácito del cronista y las autoridades de turno, se volvió a proponer el nombre del humanista para denominar otra calle de la ciudad, esta vez como calle de Fadrique Furió, que incomprensiblemente fue aprobada y rotulada en el barrio de Rascanya.
Desde entonces, Furió, igual que Fenollar, Bernat y Baldoví o Santa María Micaela, pasó a formar parte de los personajes con dos calles dedicadas en nuestra ciudad.
Y tal vez Fadrique Furió Ceriol (Valencia, 1527 – Valladolid, 1592), por su condición de valenciano universal mereciese, a pesar de los inconvenientes administrativos, muchas más calles en su ciudad natal. Furió fue un brillante humanista de la escuela valenciana, a caballo entre Vives y Mayans, siempre a la vanguardia del pensamiento político y religioso europeo. Estudió en la Universidad de Valencia y continuó su formación en Paris y Lovaina.
Se adentró en la política y el pensamiento europeo visitando otros países y entrando en contacto con consejeros de príncipes y repúblicas. Fue encarcelado por defender, con lengua y pluma, la necesidad de traducir la Biblia a las lenguas vulgares.
Posteriormente fue nombrado preceptor de Felipe II y en 1559 escribió su obra más relevante: “El Concejo y los consejeros del príncipe”, traducida y reproducida en media Europa y germen del pensamiento político del siglo XVII.