El 'viaje del agua' de la calle Fuencarral volverá a quedar cubierto de tierra y asfalto
El 'viaje del agua' encontrado en la calle Fuencarral de Madrid / JAVIER JIMENEZ BAS
Madrid
A finales de julio arrancaban unas obras del Canal de Isabel II en plena calle Fuencarral. Una semana después llegaba la sorpresa, aparecía el denominado "viaje del agua", unas galerías de saneamiento.Tras las pertinentes indagaciones de los técnicos de Patrimonio de la Comunidad en los próximos días volverán a quedar bajo el asfalto. Antes de que eso ocurra hemos bajado al subsuelo a ver esa pieza de la historia que acabará de nuevo enterrada.
Un 'viaje del agua' en plena calle Fuencarral
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"Todo el conjunto histórico de Madrid está repleto de historia. En el subsuelo vive la historia". Quién habla es Paloma Sobrini, directora de Patrimonio de la Comunidad de Madrid. Acaba de mostrarnos una gran galería del siglo XVII que estuvo en funcionamiento durante otros dos siglos más. Una obra arquitectónica de cientos y cientos de metros que se encontraba semi-olvidada, hasta que de repente "aparece este viaje del agua que igual hacía 40 o 50 años que nadie veía. Se trata de unos conductos por donde, en el centro, pasaba el agua", señala Sobrini.
No es el único viaje de agua de la capital que cuenta en su su subsuelo con más de 100 kilómetros de estas canalizaciones que recogían acuíferos subterráneos. Madrid tiene tanto tesoro enterrado que "en cualquier obra del centro de la capital, incluso aunque la obra sea la deun foso de ascensor de una comunidad de vecinos del casco histórico, en todas las obras tiene que haber un control arqueológico, porque nunca se sabe".
Aspecto actual de la calle Fuencarral / javier jimenez bas
Aspecto actual de la calle Fuencarral / javier jimenez bas
Un control arqueológico que, según denuncia Paloma Sobrini, no se tuvo en cuenta esta obra. Asegura que el Ayuntamiento de Madrid no lo impuso y no es la primera vez. "Afortunadamente no ha pasado nada, pero se podía haber destruido"
Discurrir por este viaje de agua no es especialmente cómodo. Estrecho y no muy alto hay que ir en fila india y a veces algo agachado para avanzar por el camino. Si a eso le sumamos que se encuentra en plena calle Fuencarral su destino, al menos de momento, es estar bajo tierra. "En mitad de la calle Fuencarral no se puede hacer una entrada de visitantes. Lo que hay que permitir", apunta la directora de Patrimonio de la Comunidad, "es que la ciudad funcione. Lo que vamos a hacer es taparlo con mucho cuidado, siempre protegiendo y cuidando lo que hay ahí y luego dejar un registro para que puedan entrar científicos y estudiantes", concluye.
