No hay que alarmarse
El Villa de Aranda cayó (27-34) ante Valladolid en su partido de presentación pero dejó una gran imagen y plantó cara a todo un ASOBAL
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Cadena SER
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Aranda de Duero
Comenzaban a poblarse las gradas del Príncipe de Asturias y todas las miradas iban en una misma dirección. Más que un partido de presentación, el choque que este martes enfrentaba a Villa de Aranda y Valladolid se convirtió en un examen. Después de tantas derrotas en pretemporada los aficionados amarillos no escondían su preocupación, pero a pesar de sumar una más al casillero, se fueron muy contentos y satisfechos de ver a un equipo entregado y con mejora palpable.
Todo ello en un partido en el que el Villa de Aranda comenzó con intensidad, tratando de igualar fuerzas ante un Atlético Valladolid con mucho pasado ribereño. Los primeros compases depararon mucha pugna equitativa, y aunque pareció que la escuadra vallisoletana podía escaparse en el marcador (2-5), un inconmensurable Richi Amérigo evitaba que los visitantes aumentaran su renta en el electrónico y que los de Juan Moreno igualaran el choque (8-8).
Con la subida del ritmo anotador, y de nuevo las excelentes acciones de Amérigo, los locales lograron voltear el marcador (11-10). Este sí es el Villa de Aranda que se quiere. Sin embargo, las ilusiones se esfumaron cuando con una protestada exclusión de Llorens el Atlético Valladolid logró la igualada al borde del descanso (14-14). Aplausos en la grada y gratitud a un equipo entregado que estaba ofreciendo una buena imagen.
FALTÓ EL FINAL
Sin embargo quien salió más enchufado tras el paso de vestuarios fue el cuadro visitante, que comenzó a escaparse en el electrónico (17-20). Hubo que volver a ponerse el mono de trabajo para volver a reducir la renta y quedarse a un gol del empate, lográndolo en el ecuador del segundo periodo con un tanto de Luis De Vega desde su meta (23-23). La afición volvía a encenderse y a la par se tranquilizaba; este equipo transmite mucha entrega.
Con mucha igualdad, y no sin polémica, se llegó a los minutos finales, donde el desgaste físico del Villa de Aranda y la lógica calidad y superioridad de un equipo de ASOBAL se acabó imponiendo con un parcial de 2-7 en los últimos diez minutos que acabó exagerando un final engañoso (27-34), porque este equipo luchó, se vació, plantó cara y demostró su trabajo diario. Y eso lo reconoció y alabó el entrenador rival. "Con esta defensa y este Villa de Aranda creo que nadie va a ser capaz de ganar aquí esta temporada", aseguró.