Sin competir es imposible ganar (2-4)
El equipo blanquiverde, muy desdibujado y blando en defensa, salió goleado. Preocupan las facilidades atrás. siete goles en contra en dos partidos
Javi Galán cae al suelo ante la entrada de un jugador del Oviedo / LFP
Córdoba
El Córdoba no compareció o lo hizo a ratos. Así es complicado ganar. Estuvo irreconocible en defensa el equipo de Sandoval y muy errático en ataque, nervioso, desdibujado. Pareció el Córdoba de Merino el año pasado, no el de Sandoval.
Intentaron meterse en el partido varias veces y lo consiguieron, pero nada pudo hacerse ante la falta de concentración de la defensa y la acumulación de errores que aprovecharon muy bien Saúl y Bárcenas por partida doble.
El Oviedo fue muy superior a su rival en la primera parte. El equipo de Anquela estuvo más metido en el partido y fruto de su dominio se fue al descanso con dos goles a su favor. El Córdoba salió muy desdibujado, nervioso y tremendamente impreciso en los pases. Lo aprovechó el cuadro asturiano en una contra de libro llevada por Bárcenas y culminada perfectamente por Saúl a los seis minutos de encuentro.
Los locales no se vinieron abajo y dieron un paso adelante, pero sin crear ni una sola ocasión clara. Así, sobrepasada la media hora llegó el segundo del Oviedo tras aprovechar Bárcenas una pérdida de la defensa local.
A partir de ahí se rompió el partido, que en los últimos minutos antes del descanso se endureció con varias tarjetas, una dura entrada de Bárcenas y la expulsión de Sandoval que encendió a la grada, sobre todo porque el propio entrenador cordobesista reconoció tras el partido que no le dijo nada al árbitro, sino a su amigo Anquela.
Tras el descanso se vio a otro Córdoba, al menos durante los primeros minutos. Jaime Romero obligó a Herrero a emplearse a fondo y poco después, a los siete minutos de la reanudación, Alfaro remató a gol un buen centro de Javi Lara. Se abrió el partido pero duró poco la alegría para los locales porqhe cuatro minutos después marcó de nuevo Saúl tras aprovecharse de la nula capacidad de despeje de la defensa local, muy blanda e insegura toda la noche.
Pero aún quedaba picante en el tramo final del choque. Piovaccari peleó un balón a la defensa asturiana y acabó disparando a puerta para batir a Herrero.
Con el partido abierto en los últimos minutos, Bárcenas de nuevo retrató a la defensa cordobesista para sentenciar con el cuarto gol del Oviedo.
El penalti sobre Piovaccari en la prolongación fue anecdótico. Herrero le adivinó el disparo a Aguado, evitando así una mínima emoción final.
En apenas dos partidos el Córdoba ya ha encajado siete goles. Ahí está el primer problema a resolver por Sandoval esta nueva temporada. Queda mucho por hacer aunque esto no ha hecho más que comenzar.
Jose Antonio Alba
Vinculado a la SER desde 1997, cuando comencé mis prácticas en Radio Sevilla. En 2001 me incorporé a...
