1-0. La UD Ibiza se acerca a la Segunda B

Ibiza

 Se habían jugado 94 minutos del partido de ida de la eliminatoria final de ascenso a Segunda B entre la UD Ibiza y el Atlético Levante UD y lo más de 2.000 aficionados que poblaban las gradas de Can Misses no habían visto goles. Se disputaban los últimos compases del choque y Gregori, que había salido de refresco en el tramo final del choque, recibió el balón de un saque de banda en la posición de extremo izquierdo. Delante tenía a dos jugadores visitantes de los que se marchó con facilidad insultante con un primer cambio de ritmo y con el balón pegado al pie buscó el área rival perseguido por El Hacem, al que también ganó por velocidad, buscó la mejor posición y se perfiló para disparar, sin que el central Mongil fuera capaz de taponar el remate. Con un último gestó venció al portero Cárdenas, que intuyó que la pelota iría a su izquierda y desde el suelo observó impotente como el disparo acaba en el fondo de la portería. Hay veces en las que el fútbol no es un juego, es magia.

Gregori, autor de un gol de antología, enloqueció, se quitó la camiseta y corrió a celebrarlo con  sus compañeros, con el banquillo local, y con los aficionados. Estallido de júbilo más que justificado. El inolvidable Di Stéfano dijo una vez que marcar un gol es como hacer el amor.

Y es que el resultado final acerca a la UD Ibiza al objetivo marcado: Jugar en la categoría de bronce del fútbol español la próxima temporada. Hay razones para el optimismo. El conjunto de Rufete sólo ha encajado un gol en los cinco partidos que ha jugado en esta fase de ascenso y jugando de visitante no ha visto perforada su portería. Pero también hay que ser realistas. Tocará sufrir en tierras valencianas, porque el filial del Levante tiene jugadores de mucha clase en ataque que ayer fallaron con el estoque.

El encuentro de ayer tuvo muchos mini partidos. Rufete mantuvo su sistema habitual, con una modificación atrás, la entrada de Verdú tras su sanción, no como central, sino en el lateral izquierdo y otra arriba, devolviendo la titularidad a Adrián Ramos.  Los locales empezaron dominando, aunque las jugadas de más peligro llegaron a la contra, con dos acciones en las que Terán no supo definir cuando estaba en una posición inmejorable. Eran los mejores momentos de Edu Oriol en banda, aunque poco a poco se fue diluyendo.  Tras una fase con el Ibiza superior se igualó el choque. El Levante hacía daño por su banda derecha. Verdú sufría ante Joan, el mejor de los visitantes y Alex Cortell ponía el susto en el cuerpo con un derechazo desde la frontal que se estrellaba en el palo. En los últimos minutos de la primera parte, el Ibiza se sacudió el dominio aunque sin crear peligro.

Tras el descanso llegaron los peores momentos de los locales. El equipo de Olaizola adelantó la presión, se hizo dueño de la zona ancha y el Ibiza se partió. No encontró el balón y tampoco llegaba a tiempo a la presión, así que  Joan y Manu Viana eran un tormento por los costados. Afortunadamente para los ibicencos, El Levante falló en los centros laterales y en la definición y la zaga local achicaba agua para evitar males mayores. Siempre aparecía una pierna salvadora para evitar el remate. Pero no había noticias del Ibiza en ataque, no había manera de hilvanar una jugada  y sus acciones ofensivas acababan una y otra vez de la misma forma: Con un fuera de juego de Adrián Ramos.

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El entrenador ibicenco debió ver claro que lo primero era recuperar el orden y sobre todo la posesión del balón y echó mano del jugador más dotado en la plantilla para dirigir el juego. La entrada de Gámiz en el minuto 71 lo cambió todo. El Ibiza recuperó la posesión y el balón comenzó a merodear el área del Levante. La curiosidad siempre reside en el balón.

La entrada de Gregori poco después también aportó más dinamismo y verticalidad y modificó  las posiciones de ataque, con Cirio más suelto, dando el primer avisó con un disparó que rechazó el portero del Levante. El dominio local se traducía en continuos saques de esquina y en uno de ellos se pidió penalti sobre Álvaro que no vio el colegiado. Se llegó a los minutos finales con el Levante dando por bueno el empate, antes de que Gregori iniciara su slalom particular que pone al Ibiza con ventaja. Seguro que tocará sufrir todavía, pero el sufrimiento con premio merece la pena.

El final del encuentro mostró también los malos modos del algún jugador del Atlético Levante. Se formó un barullo en el centro del campo y en medio del tumulto, un futbolista visitante agredió al fotógrafo, Javier Riera, que estaba debidamente acreditado y que posteriormente denunció los hechos en Comisaría.