La Educación Especial no es para el verano

Alicante

Los padres del colegio de Educación Especial El Somni confían en que por fin el Ayuntamiento les ponga sobre la mesa propuestas de parcelas para un nuevo centro, en la reunión prevista este viernes con la edil de Educación, Mari Carmen de España. Recuerdan que el anterior encuentro, hace diez días, ya resultó frustrado al no ofrecerse ningún terreno municipal donde empezar a construir el centro, que dentro del programa Edificant de la Conselleria ha de sustituir su ubicación actual en el colegio Gloria Fuertes, donde sus 70 alumnos de Educación Especial ya no tienen cabida.

De momento, desde el AMPA apuntan que ya se les ha hablado de dos posibles centros -en Santa Faz o el Hogar Provincial- que albergarían a sus usuarios entretanto se construye el nuevo colegio.

Pero al margen de dar solución a este espacio del día a día, explican estas familias el problema con el que este colectivo se encuentra cada verano. Las clases terminan y no existen apenas recursos por parte de las administraciones para incluir a estos niños en las escuelas de verano.

El pliego de la Escuela de Verano municipal de Orihuela, que solo permite participar a discapacitados autónomos y a escolarizados en aulas ordinarias, no es un caso aislado. Los consistorios organizan alternativas cuando acaba el curso, a precios módicos, pero en la mayoría de ocasiones no cuentan con personal específico para atender las necesidades especiales de este colectivo, con lo que estas familias se sienten excluidas.

Elisa Lalinde, del AMPA El Somni, conoce el problema de primera mano. Su hijo ya tiene 19 años, pero toda su infancia ha tenido que echar mano en verano de familiares o de centros privados, que llegan a duplicar los precios de las escuelas municipales. También se encuentran con el problema de la edad, puesto que con frecuencia no se contempla incluir a chavales a partir de los 12 años. Pero lo peor es que muchas veces no se encuentran escuelas "ni pagando", lamenta Lalinde.

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Lo mismo señala Francisca López, miembro de la Plataforma de Educación Especial. En esta cuestión "no hay nada claro" y todo se deja a "la sensibilidad de cada ayuntamiento". A veces no niegan la matrícula y lo que ocurre es que carecen de personal especializado. Y en algunos casos, los menos, sí se reservan plazas para estos niños, explica.

Al final, los campamentos de verano organizados por algunas fundaciones "salvan la papeleta" de estas familias, que reclaman una mayor implicación por parte de las administraciones.