Chagall muestra su mundo personal en el Guggenheim
El museo acoge más de 80 obras y dibujos realizados durante los ocho años más decisivos en la carrera del artista
Bilbao
El Museo Guggenheim Bilbao acoge, del 1 de junio al 2 de septiembre, la exposición 'Chagall. Los años decisivos, 1911-1919', una selección de más de 80 pinturas y dibujos realizados por el artista ruso durante ese periodo.
Son ocho años que comienzan en Paris, donde Marc Chagall descubre un nuevo universo, la que llama la "ciudad de la luz" porque según Lucía Agirre, comisaria de la muestra, "libera en él la luz". "Los rusos no usaban apenas color", afirma, "Chagall sí" y lo hace con componente emocional para reflejar el alma humana. De ahí el uso de azules, rojos y verdes intensos para colorear las caras de sus personajes. Es más, durante su estancia en la capital francesa, absorbe todos los estilos, pues "no era a ajeno a las vanguardias". Acoge los "ismos" y los transforma en su propio lenguaje que emplea para contar su historia. Una realidad compleja, mundos antagónicos y sus ensoñaciones. En este sentido, este "primer Chagall", mira París a través de una ventana e incluye, por ejemplo, el icono de la torre Eiffel, pero, al mismo tiempo, "unos pequeños campesinos que vuelan y que recuerdan a su Vitebsk natal, o el tren que ha girado porque no quiere volver a casa".
Un deseo que se ve truncado cuando decide regresar a su casa en 1914 para asistir a la boda de su hermana y para ver a su prometida, Bella Rosenfeld, y la Primera Guerra Mundial estalla, confinándole durante ocho años. Comienza así una fase de autobúsqueda, reflejada en los autorretratos, las imágenes cotidianas, que se unen a los estragos de la guerra y a las representaciones de la nueva Rusia que surge tras la Revolución de octubre. "Es un Chagall desconocido", afirma Agirre, "afronta las imágenes de la guerra con dibujos en tinta china que son desgarradores, que no son esas imágenes que pinta al mismo tiempo en las que nos muestra su amor por Bella". Se contraponen así cuadros como Soldados con El Cumpleaños o Amantes en azul, donde aparecen juntos, por primera vez, Marc y Bella.
Porque si algo queda claro es que Chagall "pintaba todo lo que tenía antes los ojos". En los cinco años siguientes, hasta 1919, año en el que termina la exposición, retoma los temas relacionados con su propia identidad, con el folclore y la etnografía de su pueblo. Obras destacadas de este periodo son los judíos en verde, rojo y blanco, conocidos erróneamente como Cuatro grandes rabinos reunidos de forma excepcional.