Me duele aún hasta el aliento
La opinión de Antonio Cepedello
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Hoy por Hoy Andújar (24/05/2018)
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Andújar
-Anoche soñé que veía y que con dios hablaba. Esta mañana, cuando me desperté, me alegré, porque descubrí que de nuevo contigo estaba, mi tito del alma.
-La mayor ilusión de los creyentes de cualquier religión, tras irse de este mundo, es encontrarte con su fundador y estar con él hasta el final de los tiempos. La mía, como agnóstico convencido, es reencontrarme con mis seres más queridos, que el injusto destino me ha arrebatado sin ningún escrúpulo. Estoy seguro de que conseguiré este deseo, porque el amor logra lo que parece imposible, y une lo que la maldita muerte intenta separar. Mientras, sigo maldiciendo un día tras otro al que te convirtió en invisible para todos nosotros hace ahora tres años.
-Desde entonces, tanto dolor se agrupa en mi costado, como dice la desgarradora ‘Elejía a Ramón Sijé’, del inolvidable Miguel Hernández, que por doler me duele aún hasta el aliento. Fue un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te derribo aquel fatídico 24 de mayo de 2015. Desde esa aborrecida tarde, no hay extensión más grande que esa herida, maldigo tu desventura y sus conjuntos, y siento todavía más tu muerte que mi vida, tito.
-No perdono ni perdonaré jamás a la vida desatenta contigo. No perdonaré nunca que intentaran llevarte lejos de mí. En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes, sedienta de catástrofes y hambrienta por recuperarte, por tenerte de nuevo a mi lado.
-Estoy seguro, y esa esperanza la mantendré mientras me quede un segundo de aliento en este mundo, que volverás pronto a reír, bailar, cantar y soñar con nosotros en Andújar, caminarás por el Camino Viejo hacia el Santuario, donde volverás a vitorear miles de ‘vivas’ a nuestra ‘Morenita’, con tu viejo estadal al cuello, tu gorra serrana y haciendo sonar uno de los piticos que te regalaron tus cuñados Enrique Mezquita y Antonio Mariano ‘El Rubio’.
-Por todo eso, a las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, mi tito del alma, mi hermano eterno, mi amigo imprescindible. Nani, ‘El Legionario’, para todos los iliturgitanos.
-Qué le vayan dando por donde más le duela a esa puñetera amargada que lleva siempre una guadaña en la mano. Que se ha creído la muy…., que tiene poder para que no te sienta cada día, cada minuto, cada instante junto a mí. No sabe aún que no se puede llevar a nadie, y menos aún a ti, mientras te retengamos en nuestros sentimientos y recuerdos, y los tuyos no se irán jamás ni con el aceite más hirviendo.
-Tito Juani, para tu Ñoño, pasen tres o millones de años, eres y serás siempre eterno.
ANTONIO CEPEDELLO