El amianto, un material cancerígeno e invisible
El escritor Paco Puche se sorprendía en su llegada a Valladolid, al ver la "bomba de relojería" que aún existe en la ciudad
Imagen del aparcamiento adyacente a la Estación de tren de Valladoolid / Cadena SER
Valladolid
Una bomba de relojería. Así define el escritor y ecologista Paco Puche, la situación que tiene Valladolid en cuanto al amianto. Su preocupación se centra sobre todo en los terrenos anexos a la estación de tren 'Campo Grande', y a algunos tejados de la ciudad, sin dejar de pensar en el recubrimiento de tuberías, que no se ve.
El escritor Paco Puche muestra su preocupación ante la cantidad de amianto que todavía queda en Valladolid
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Lo cierto es que utilizar este tipo de material está prohibido desde el año 2002, pero aún quedan vestigios en las ciudades que sin embargo, mantienen la nocividad respecto a la población.
El sector más afectado por el amianto es el laboral, ya que los trabajadores; por ejemplo de Renfe, o de la construcción están continuamente expuestos. Un estudio revela que estos trabajadores tienen su esperanza de vida reducida en 20 años, si se compara con el resto que no han estado expuestos en su vida al mineral.
Aparte de la reducción en la esperanza de vida, la exposición al amianto origina enfermedades como el cáncer de pulmón. De hecho, la inhalación de fibras del también llamado asbesto, puede producir formación de tejido cicatricial en los pulmones, originando fibrosis.
Sheila Mateos, secretaria de Salud Laboral de CCOO en Castilla y León denuncia que las empresas miran a otro lado respecto a este problema y afirma que un desamiantado, conlleva un desembolso de dinero elevado.
