Reflexiones sobre la marca Palencia
El comentario de Juan Francisco Rojo
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Palencia
Hace tiempo que se nos llena la boca, especialmente a nuestros políticos, con la codiciada “Marca Palencia”. Es decir, se buscan una serie de atributos singulares y exclusivos por los que se pueda identificar, reconocer y diferenciar a Palencia de otras ciudades. Para que lo entiendan mejor, con una Marca consolidada, dejaríamos de decir aquello de Palencia con P. Es difícil hacer Marca y es muy fácil perderla. Un ejemplo: Barcelona tenía una Marca de Ciudad que ahora está herida de muerte por los nacionalismos. Pero vayamos a Palencia, que es lo que nos interesa.
Lo primero que necesitamos para obtener la deseada consideración, es una nómina de políticos ambiciosos. Y cuando digo ambiciosos, no me refiero a que tiren el dinero público por la ventana con ideas faraónicas. Me refiero a políticos que sepan ejercer una gestión a largo plazo. Los cortoplacismos son enemigos de una marca que requiere de poso para ir solidificándose. Los palos de ciego tampoco ayudan a la Marca que anhelamos.
No se puede ir a FITUR, la Feria de Turismo Internacional, a vender el turismo industrial como la gran novedad de la capital y luego suspender, al menos de momento y yo creo que para siempre, las visitas turísticas a Renault. No es serio. Denota falta de coordinación. Y eso hace que el objetivo de la Marca Palencia se resienta. La explicación de la empresa es que hay que garantizar la seguridad y confidencialidad de algunos pedidos. Yo tengo serias dudas sobre el atractivo de esta propuesta turística, pero si se anuncia es porque tendría que haber estado garantizada. Y en este caso no lo estaba.
La Marca de una ciudad requiere además de una gestión de la urbe consensuada entre el sector público y privado, tal y como recuerda José Luis Bonet, que es presidente de la Cámara de España y de Freixenet. Una buena gestión de Marca debe ir más allá de los intereses partidistas. Los expertos dicen que para conseguir esta singularidad con respecto a otras ciudades, se precisan ciencia, arte, rigor y un universo gráfico que haga la Marca más memorable. También hace falta coherencia y un plan de comunicación sin contradicciones que hable con una sola voz. Consistencia. Es lo que necesitamos.
Ahora la incógnita es clara: ¿Son consistentes nuestros políticos? ¿Están preparados para todo eso? Si lo están, que lo demuestren. Si no, es preferible que callen para no evidenciar carencias. Con que tengan rigor, coherencia y consistencia nos vale. A fin de cuentas, no es tanto lo que les pedimos.