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Informes forenses que arrojan pocas dudas

Según los especialistas Benita Núñez presentaba heridas defensivas de libro, la cuchillada que le causo la muerte fue efectuada con energía y a conciencia, y en labios y nariz tenía marcas provocadas casi con seguridad para hacerla callar

El marido de Benita Núñez y acusado de su asesinato sigue atentamente las sesiones del juicio al lado de su abogado defensor / Cadena SER

El marido de Benita Núñez y acusado de su asesinato sigue atentamente las sesiones del juicio al lado de su abogado defensor

Burgos

La opinión profesional de los médicos forenses en la cuarta sesión del juicio que se sigue por el asesinato de Benita Núñez ha sido esclarecedora: pone en duda la versión del acusado y dibuja un escenario mucho más próximo al relato de la fiscalía y el resto de la acusación. Y es que según han explicado este viernes ante el jurado popular tanto la forense que se ocupó del levantamiento del cadáver como el profesional que efectuó la autopsia las lesiones que presentaba la víctima en la cara interior de sus manos son “heridas defensivas de libro”, que se provocan al intentar repeler un ataque. Muy al contrario las tres heridas que presentaba el agresor en el antebrazo anterior izquierdo es altamente probable que sean autoinfligidas.

La muerte de la víctima, según el informe de la autopsia, fue provocada por una de las dos cuchilladas infraclaviculares que presentaba el cadáver. Una de ellas, efectuada a la izquierda, fue mortal de necesidad, al haber penetrado diez centímetros en el tórax de la mujer, perforando el pulmón y llegando casi a la columna. Según el forense dicha cuchillada se produjo aplicando fuerza y a conciencia. La muerte, que no fue instantánea, se produjo por un sangrado interior y exterior intenso y por el fallo del pulmón que fue desgarrado.

El cuerpo de Benita Núñez presentaba también heridas en labio y nariz, que los forenses interpretan como lesiones provocadas con la mano al intentar silenciar a la víctima o impedir que respirara. Por lo que se refiere a más de otra decena de heridas punzantes que tenía el cuerpo de la asesinada se trata, según los informes, de las denominadas “lesiones de intimidación”, efectuadas con menos energía y que ni siquiera llegaron a dejar marca en la ropa de la víctima, que por el contrario sí presentaba desgarrones coincidentes con las cuchilladas más graves.

Otro aspecto que ha señalado al forense que visitó al acusado el mismo día del suceso cuando se encontraba confinado en los calabozos por la policía tras ser detenido es que se lo encontró tranquilo, distante y sin repercusión emocional.

En esta jornada también han pasado ante el jurado popular los últimos testigos, en este caso procedentes del entorno laboral y familiar del acusado. Precisamente ha sido durante la declaración de su cuñado, marido de su hermana y también compañero de trabajo el momento de mayor tensión, dado que el acusado se ha echado a llorar al escuchar la enfermedad que padecía su hermana. Y es que el cuñado ha ratificado los conflictos de pareja que desde hace tiempo mantenía Benita con su marido, que se reflejaban también en la relación que tenían con la familia del acusado. Tanto él como otros compañeros de trabajo han definido al acusado como un hombre cumplidor en el ámbito laboral, serio pero en el que no se apreciaba agresividad ni actitudes manipuladoras o controladoras.

El juicio ha quedado prácticamente finalizado con los testimonios de esta cuarta sesión y después de haberse elevado a definitivos los escritos de calificación de las partes. El martes 24 de abril el jurado popular verá fijado el objeto de su veredicto.

 
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